Indudablemente, el ministro de Transportes, Óscar Puente, ha estado en el centro de atención desde su nombramiento. No solo por dedicar más tiempo a tuitear insultos que a las crecientes averías en los trenes que coincidieron con su llegada al cargo, sino también por sus polémicas decisiones y declaraciones.
Puente se ha mostrado crítico -por decirlo finamente, porque lo suyo es poner "cabreado"- con las compañías ferroviarias que ofrecen billetes a precios más bajos que Renfe. En lugar de cuestionar por qué Renfe no reduce sus tarifas, opta por poner obstáculos a estas empresas para que incrementen sus precios. Parece olvidar que Renfe, siendo una entidad pública, podría permitirse una estrategia comercial más competitiva, porque si pierde dinero, lo pagamos todos, y porque como empresa pública no tiene como objetivo repartir dividendos. ¿Por qué no hace lo mismo que éstas, y busca nuevos mercados fuera del territorio estatal? Sin embargo, parece que el bienestar del ciudadano queda relegado a un segundo plano.
Además, Puente ha implementado una medida que ha dejado perplejos a muchos. Hasta ahora -desde 1992-, si un viaje en AVE se retrasaba 15 minutos, se reembolsaba el 50% del billete, y si el retraso era de media hora, se devolvía el 100%. Sin embargo, Puente ha decidido eliminar esta política, insinuando que anticipa retrasos más significativos en el futuro. Si ha puesto otras medidas alternativas es sencillamente porque a igualdad de retrasos, a Renfe le saldrá más barato... muy socialista todo.
En lo que respecta a la provincia de Almería, la situación es aún más preocupante, y no lo digo por el resultado electoral, en el que prácticamente queda desaparecido el PSOE. Puente ha dejado de mencionar el año 2026 como la fecha en que el AVE llegará a la provincia de Almería. Esta omisión ha sido evidente en sus discursos de campaña, visitas a las obras del AVE y entrevistas.
En una entrevista particularmente comentada con Miguel Cárceles del diario Ideal, Puente afirmó que la antigua estación de ferrocarril de Almería no sería cedida a la ciudad como se había prometido. En cambio, se utilizará como oficina técnica para cuestiones relacionadas con la Alta Velocidad. Esto plantea la pregunta de qué valor tienen las promesas de los políticos, especialmente cuando provienen del mismo partido, y es que esa cesión se comprometió por ministros del PSOE y del PP.
Además, esta decisión pone de manifiesto la improvisación en el proyecto del AVE en Almería. Cuando se prometió ceder la antigua estación al ayuntamiento, ya se conocían las obras del AVE y del soterramiento en Almería capital. ¿Ahora han surgido necesidades imprevistas en el proyecto que requieren el uso de la antigua estación? ¿Lo que se va a instalar ahí, dónde se iba a instalar antes?
Es una verdadera lástima. Estoy convencido de que si el ministro hubiera visitado la antigua estación, se habría dado cuenta de su valor arquitectónico. Diseñada por discípulos aventajados de Eiffel, el diseñador de la Torre referencia de París, este edificio de estilo mudéjar e industrial es una auténtica maravilla que merece ser disfrutada por todos, no solo por un grupo de funcionarios en privado.
Los almerienses debemos insistir en ello y el Partido Socialista hace un flaco favor si acepta esto sin poner el más mínimo reparo, como ya ha demostrado Adriana Valverde, su portavoz en el ayuntamiento. Es hora de que los políticos cumplan sus promesas y pongan los intereses de los ciudadanos en primer lugar... o que por lo menos lo parezca... que es que en algunos casos da vergüenza ajena el servilismo.