Opinión

Un gobierno sin crispación

(Foto: malasombra).
Juan Torrijos Arribas | Lunes 08 de julio de 2024

Manifestaba el consejero de presidencia de la Junta, Antonio Sanz, que el Pp gobierna Andalucía sin crispación y de ahí el éxito del mismo y del partido. No le falta razón al caballero andaluz. Si comparamos el gobierno de Pedro Sánchez y el de Juanma Moreno, este último, cierto es, parece el de unas monjas ursulinas. Solo tenemos que escuchar las comparecencias de la ministra Alegría los martes, tras la reunión del consejero de ministros, y cómo trata a la oposición, cuando no a los medios, y si hace falta a los jueces, para darnos cuenta de lo que supone un gobierno al que le interesa la crispación, el palo y hasta el garrotazo si se tercia.

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En lo que se refiere al de Andalucía, para oírle al portavoz del gobierno de la Junta una palabra más alta que otra contra alguien o algo, tras la reunión del gabinete de Moreno Bonilla, hay echarle esa mañana sal en el café a Ramón Fernández Pacheco, o darle una patá en la espinilla y con mala puleva para que salga un poco cabreado ante los medios. El que desde su consejería pinta de colores los cielos de Andalucía, no conoce otros que los amables tonos pasteles. Que son preferibles, no hay duda, a los que la ministra Alegría nos sirve los martes desde los solanos de la Moncloa madrileña.

Sin duda es preferible un gobierno sin crispación; sin pactos vergonzantes, sin comprar votos en el putrefacto mundo de la política secesionista catalana, sin tener que rendir pleitesía a racistas y colaboradores de terroristas del país vasco. Claro que es preferible un gobierno que no crispe la convivencia de los ciudadanos. El problema reside cuando, ese gobierno que dice no crispar ¡mira que buenos somos! no gobierna para todos los que han depositado en ellos las esperanzas.

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Queremos un gobierno que no crispe, claro que lo queremos, pero que gobierne e invierta, que saque leyes en defensa de aquellos ciudadanos que han visto su vida troceada por treinta tantos años de leyes de la Junta que les ha robado sus tierras y su futuro. La prensa nos recordaba el otro día que ese gobierno andaluz sin crispación ejecutó en el ejercicio del año 2023, la friolera cantidad de 83 millones. Olé por los gobiernos sin crispación, 83 millones ejecutados, gastados en el año pasado. ¿Saben cuántos había presupuestado ese gobierno sin crispación? Supongo que se habrán enterado, la noticia aparecía en las páginas de los diarios de Almería, y en las mismas se recogía que la cantidad a invertir era cercana a los cuatrocientos millones, 397 para ser más exactos.

¡Viva el gobierno que no crispa! ¡Viva el gobierno que no invierte!

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No sé al resto de los almerienses, pero a este, lo que le hubiera gustado es que Antonio Sanz y demás miembros del equipo se hubieran gastado en nuestra tierra esos 397 millones previstos para el año 2023, aunque hubiera crispado un poco o un mucho a algún sector de la sociedad almeriense o andaluza, y tampoco nos hubiera importado que a la española. Tenemos un gobierno que no crispa, y eso nos parece bien, lo que no nos parece tan perfecto es que sea un gobierno que no cumpla con las inversiones previstas en las tierras de Almería.


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