Las últimas críticas vertidas sobre dos cuestiones han venido a poner más oscuro si cabe el balance de María al frente del ayuntamiento. El cartel, que sigue en la polémica y ahora bajo la mirada de la justicia, y la muerte de las gacelas, que anda por el mismo camino. Si alejamos estas dos cuestiones de la política que ha llevado a cabo María en su primer año, hay que estar por asumir algunas de las críticas de Adriana Valverde sobre este tiempo de María Vázquez al frente del equipo de gobierno del Pp en la capital. Algunas de ellas, supongo, que las asumirá también Adriana, ya que no son culpa en exclusiva de la alcaldesa, y lo hemos escrito en alguna otra ocasión. A veces las herencias no son buenas, cuesta trabajo apechugar con ellas, y a María le ha tocado asumir las de Ramón, el hoy consejero arcoíris de la Junta.
Tres son las cuestiones en las que la oposición pone más énfasis en el haber de María del Mar Vázquez. El vacío del centro de la ciudad, la barbaridad que hizo con el Paseo el equipo anterior de Fernández Pacheco y el proyecto Puerto-Ciudad.
Es cierto que María está pasando de perfil por el centro, no se le ha visto empeño, o lucha alguna por la defensa del mismo. Hasta trabajo le costó mandar al Pita, y casi por obligación, el dichoso cubo verde que se había empeñado en colocar en el Paseo la Junta. Pero no podemos decir que el vacío del mismo se haya producido durante este primer año de mandato que lleva al frente. Los pgou aprobados a lo largo de los años y los diferentes cambios producidos han venido haciendo del centro una isla abandonada y sin futuro. La ciudad crecía, dejando abandonado el casco histórico. Y por si faltaba algo el comercio se inclinó hacia las grandes superficies, y estas no han tenido posibilidad en el centro.
Bueno, hubo una, Adriana, se firmó un acuerdo con El Corte Inglés para ubicarse en La Salle, se acuerda. ¿Quién se lo cargó? Su partido acabó con la única posibilidad de que el centro tuviera algo que atrajera el interés de compradores. Pero eso no le quita a María, y asumo la crítica, de que durante este año no le hemos visto pelear por el centro. Las noches en blanco o en negro solo sirven para ese día. Y al siguiente…
Cuando María llegó a la alcaldía la principal arteria de la ciudad ya había pasado por las manos de Ramón. Flores al Paseo. Qué bonito, que alegría, qué orgullo. A María la puso al frente de la alcaldía el señor Fernández Pacheco, y se ha tenido que tragar el bochorno que está siendo ese Paseo. Asegura Eloísa Cabrera que para finales de año las obras estarán en marcha en esta céntrica vía. En una cosa estoy de acuerdo con Adriana, aún no sabemos, no se nos ha dicho nada de cómo va a ser esa nueva reforma, hablan de placitas, ¿qué placitas?, de peatonal, pero con servicios, ¿qué servicios? ¿Miedo a lo desconocido? No, temor a lo que son capaces de hacer estos políticos, según los ejemplos que nos han dado cuando han estado con el poder en sus manos.
Lo de Puerto-Ciudad, por mucho que quiera el ayuntamiento poca responsabilidad tiene y poco caso le van a hacer. Entre Juanma y Pedro se lo trajinan. La presidenta de la autoridad, no recuerdo como se llama, nos cuenta de vez en cuando en la prensa alguna milonga futura y excursiones al faro a ver el anochecer. Luces y sombras en este primer año de la alcaldesa, pero las luces están alumbrando poco, las sombras, no todas suyas ciertamente, llenan su primer año.