Opinión

El ancho corazón de Moreno

(Foto: malasombra).
Juan Torrijos Arribas | Jueves 18 de julio de 2024

Me gustan los anchos de corazón, los de fuerte y generoso corazón que se entregan a los demás, y sobre todo cuando lo hacen sin pedir nada a cambio. Moreno Bonilla, el ancho corazón que tiene nuestro presidente andaluz, su ancho y noble corazón no va a permitir el sufrimiento de los que llegan a nuestras costas en busca de un futuro mejor, y si son jóvenes, nuestros niños, como le hemos oído a más de un político, el ancho corazón de Juanma estará ahí para lo que necesiten.

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Los que llevamos una temporada con el corazón partio, que diría Alejandro, la mitad cuidado por la familia, el otro trozo en manos de la cardióloga a la que visito de vez en cuando, nos alegra saber que nuestro presidente tiene un fuerte, ancho, noble y generoso corazón, dispuesto a repartirlo con todos los que llegan de fuera de nuestras fronteras. Con el nuestro, y bien que lo sentimos, no se puede contar demasiado, el pobre en seguida se cansa, una carrera nos deja para el arrastre, y una cuesta, o escalera nos hace ver la realidad de lo que somos y podemos hacer si esperamos algo de él.

De ahí que nos sintamos felices al saber que estamos dirigidos por un hombre de bien, como el presidente Moreno, de corazón ancho y entregado a sus vecinos, un hombre que pone sus bienes y sus intereses a disposición de aquellos que acuden a él con la manos vacías, con ganas y deseos de trabajar por el bien de esta tierra, de criar futuros hombres y mujeres de Andalucía que den sus vidas por su nuevo lugar de trabajo y vida, gente que viene hasta nosotros con el deseo de ayudar a pagar las futuras jubilaciones de los andaluces.

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Hombres y mujeres que solo quieren vivir en paz, que buscan un trabajo y formar un familia en libertad ente nosotros, que desean un futuro en un paisaje que no les imponga modelos anclados en el pasado, donde ellos, sus mujeres, sus hijos y sus hijas puedan ser y sentirse libres. Estas personas de pieles y creencias distintas han encontrado en Moreno Bonilla, el presidente de los andaluces, un hombre de corazón ancho y noble.

Su compromiso con ellos no ha sido formulado en un mitin, donde sabemos que los políticos no se toman en serio lo que dicen, las palabras del presidente fueron pronunciadas en el sacrosanto parlamento de Andalucía, donde se discuten, se abren y si es posible, como en este caso, se solucionan los problemas de los andaluces, los que le votan y los que no lo hacen. En ese convento de la palabra y el compromiso, Juan Manuel Moreno Bonilla, el del ancho y noble corazón se comprometió a ser el más generoso con todos aquellos que lleguen a nuestras costas en busca de un futuro mejor para ellos, y, a esas familias a crear en el mañana que les espera. No las dejará abandonadas.

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Bien dicho, presidente. Y al que no le guste que se monte en una patera y busque un corazón como el tuyo en los vecinos países del sur, a los que se llega cruzando el charco.


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