No podía encontrar el pulpo seco de Adra, ese manjar de precio casi prohibitivo, mejor portavoz en Europa que una paisana como Carmen Crespo. Lo del pulpo seco se estaba convirtiendo en manjar para sueldos de políticos de izquierdas y de derechas, de los de cinco mil euros al mes. Los parias de la tierra, se acuerda algún político de izquierdas de los parias de la tierra, no pueden acercarse al rico pulpo de Adra. Me da la impresión que no tienen tiempo, prefieren perderlo en esos restaurantes donde el menú es de cuatrocientos (400) euros por cabeza, y que es una “alegría” para sus delicados paladares.
No estaba aquí con intención de hablar de la “alegría” de poder pagarse uno, o una, un menú de ese precio, solo quería acercarme al nuevo trabajo que le ha tocado a la paisana Carmen Crespo en las frías tierras del norte de Europa. La han nombrado presidenta de la comisión de Pesca, que es lo mismo que decir, presidenta de pulpos, sardinas, calamares, rayaos, fogoneros y otras especias a cuidar en los fondos marinos de los azules mares que nos rodean. De entrada, mi más cordial enhorabuena, también de salida: a los diez mil euros de eurodiputada hay que sumar otra importante cantidad por la presidencia de una comisión, por lo que objetivo cumplido, si es que el mismo era un porrón de miles de euros al mes para la familia, durante cinco años.
Entiendo que en el fondo de su corazón no esté contenta. Lo entiendo. El mar le gusta, y el pulpo seco le encanta, pero la agricultura ha sido su vida durante muchos años, y algo me dice que la han apartado de esa, su gran esperanza. Lo dijimos el día que nos enteramos que la mandaban a Europa. Alguien quiere que Carmen Crespo no siga hablando de agua y de agricultura en España. La mandamos al norte de eurodiputada y en un puesto que es todo un honor. Y así es. Debió pensar que el traslado era para defender la agricultura española, pasando por la que conoce a fondo, la del sureste de la península.
De agua podrá seguir hablando, de la salobre de los mares, de la que beben los peces, de la que desalamos para beber y regar, pero, de aquellos planes nacionales de agua entre cuencas, de la defensa de la agricultura ante los continuos ataques que ha venido sufriendo en estos últimos años, en la que la única voz que se levantaba era la suya, me parece, y lo temíamos, no la vamos a poder escuchar. Su trabajo ahora va a ser las caballas, los espetones y las gambas rojas de Garrucha, y los pulpos, no olvide los secos de su bella Adra.
Pd. Ramón se queda al frente de lo que ha sido tu trabajo. Ya veremos cómo le va. No hace falta que te digamos que nos gustaba mucho más oír tu voz. Pero…Con tu salida de la Junta perdimos un buen puntal, y ahora, aunque algunos quieran comer el coco al personal, Almería no sale ganando con los cambios en el gobierno de Moreno. Otro día no dedicamos a ello.