Recuerdo la enorme alegría con la que Yolanda Díaz concurrió a su primera rueda de prensa como ministra de Trabajo. No era para menos, ya que anunció que ese mes se pagaría la cantidad más elevada de la historia en subsidios de desempleo. Sin embargo, no estaba claro qué le resultaba tan jubiloso, porque si se iba a pagar esa cantidad era porque el número de parados había crecido en la misma medida, lo cual no era motivo de celebración.
Hemos tenido ahora un ejemplo similar con el subdelegado del Gobierno en Almería, José María Martín, quien se mostró satisfecho por el número de almerienses que cobran el Ingreso Mínimo Vital (IMV). Sin embargo, al comparar los datos con los de un año atrás, observamos que el número de beneficiarios ha aumentado. En enero de 2023, había 13.073 hogares almerienses recibiendo el IMV, lo que representaba a 40.757 personas. Ahora, un año y medio después, son 2.800 hogares más y el incremento en personas supera en 12.000 la cifra anterior. Es decir, más hogares empobrecidos y más personas en situación de pobreza. En cuanto a menores, en enero de 2023 eran 18.599 los beneficiados, y ahora son casi 24.000.
El subdelegado habla de la “eficacia” del IMV, pero ¿cuál es esa eficacia? ¿Evitar que la gente se muera de hambre? Es decir, la misma eficacia que una limosna, o si se prefiere, la misma eficacia que dar un pez en vez de una caña y enseñar a pescar. Y claro, puestos a recordar, no podemos olvidar las palabras del presidente Pedro Sánchez, cuando aseguró que pondría en marcha una particular lucha contra la pobreza infantil. Sin embargo, vemos el resultado: cada vez hay más menores pobres. Eso sí, el Estado les da un bocadillo, como a sus padres, para que no se les olvide a quién hay que votar, porque en vez generar las condiciones para que haya más empleo con mejores sueldos, el Gobierno se enfoca en dar ayudas y subvenciones, en pagarte la luz, darte un cheque-monedero, que no pagues el transporte... y eso cada vez a más gente, porque cada vez son más las familias empobrecidas, porque a a quienes tienen que pagar todo eso, cada vez les cuesta más llegar a fin de mes... y acaban al otro lado. Eficacia lo llaman.
La verdadera eficacia sería que cada vez menos almerienses necesitaran esta ayuda y otras tantas.