Los políticos no quieren dejar nada a la improvisación, y hay cuestiones en las que se entiende ese intento de controlar cualquier circunstancia que pueda afectar al ciudadano. No estoy por defender la anarquía, pero a veces las normas que se imponen no tienen sentido, o quizás son la excusas que se buscan para implementar esas tesis con las que coartan la libertad de los individuos. Los chiringos de la feria del mediodía tienen permiso hasta las cinco de la tarde para estar abiertos.
Hubo un tiempo en que las cinco de la tarde era la hora taurina de España, hoy aquel mito de las cinco se ha quedado solo para el te de los ingleses.
A esa hora las casetas, las que pagan setecientos euros por los contenedores, en torno a los mil quinientos de tasas municipales, más la luz y montaje, un total de seis mil euros las pequeñas, el querido ayuntamiento les impone el toque de queda a las cinco de la tarde, sea o no hora taurina, qué les importará a ellos. A esa hora, si usted se da una vuelta por la del mediodía, las barras están en su mejor momento, y los cuerpos trasiegan cerveza que es un gusto. Pues tienen que cerrar, ante la incomprensión y enfado del personal, que no entiende que una feria de la mañana pueda acabar a las cinco.
¿Por qué el ayuntamiento no impone una hora de cierre a las casetas de la noche, y sí a las de la mañana? El personal, queridos y sabios ediles no lo entiende. Vamos con las excusas que les ponen desde el área de festejos, cachondeos y control horario. Primera, que los vecinos no pueden descansar y que tienen derecho a ello, que no pueden echar la siesta. Serán… A las cinco de la tarde, quieren los sabios del ayuntamiento que los vecinos echen la siesta. No es para mandarlos a… Si dijeran que hay que cerrar a las tres de la tarde, uno pensaría, es hora de siesta, el vecino puede tener una parte de razón, pero a las cinco, hombre de Dios. No vale como excusa, se ponga Diego Cruz como se ponga, y cuente con el apoyo de María para la misma. María, ¿las cinco es hora de siesta?
La segunda me parece más peregrina todavía. Según el ayuntamiento el cierre impuesto a las cinco de la tarde es ante la queja presentada por los bares y restaurantes. Se han dado cuenta de que el día que no se monten los chiringos de la feria del mediodía esos bares y restaurantes no se van a comer una rosca. Si están llenos los mismos es gracias al empuje de los chiringuitos, y la atracción de los mismos sobre la gente joven, y no tan joven, que a los viejos también nos gusta de vez en cuando pasar calor entre una juventud guapa y que se divierte con sana alegría, esa que nos quita, y digo nos quita con razón, a las cinco de la tarde María y Diego. Los responsables de la feria.
En el Psoe hablan de tristeza, si se refieren a las casetas de la noche, puedo estar en parte de acuerdo, en algunas es lo que se palpaba, pero no lo pueden decir de la del mediodía, la alegría y el bullicio no faltaba en ninguna de ella. No puedo certificar lo de la suciedad. No he debido estar en los lugares que lo hizo el edil socialista. Con lo de maloliente me ocurre lo mismo. Y es que la feria la cuenta el personal tal y como le haya ido en ella.
Hay más que contar, pero me estoy haciendo pesao. El año que viene seguimos.