Opinión

282 millones de hambrientos

(Foto: malasombra).
Aixa Almagro | Viernes 06 de septiembre de 2024

Hoy me he despertado con una noticia que me ha dejado una mezcla de indignación y tristeza. Unicef ha publicado su Informe Mundial Sobre Crisis Alimentarias y, spoiler alert, las cifras son escalofriantes: casi 282 millones de personas sufrieron hambre severa el año pasado. ¡282 millones! Es como si la población entera de Estados Unidos estuviera pasando hambre. Y lo peor es que esto no es solo un número; detrás de cada cifra hay historias, vidas desgarradas por conflictos, crisis económicas y desastres naturales.

[publicidad:866]

La situación en Gaza y Sudán del Sur es particularmente alarmante. En Gaza, se estima que 1,1 millones de personas enfrentan niveles catastróficos de inanición. ¿Y qué decir de los niños? Casi la mitad de la población afectada son pequeños inocentes que deberían estar jugando y aprendiendo, no lidiando con el vacío en sus estómagos. El director de nutrición de Unicef lo dejó claro: estamos ante un colapso total de los sistemas de salud y protección. ¿Qué futuro les espera a estos niños? Me cuesta imaginarlo.

Pero aquí no acaba la historia. La guerra en Gaza representa el 80% del riesgo inminente de hambruna en 2023. Y mientras tanto, nosotros seguimos viviendo nuestras vidas, preocupados por cosas tan triviales como qué serie ver o si nos compramos esos zapatos que tanto nos gustan. ¿No deberíamos hacer algo más?

[publicidad:866]

El informe también menciona que los conflictos son la principal causa de inseguridad alimentaria severa, afectando a 135 millones de personas en 20 países. Pero no solo eso; las crisis económicas han perjudicado a otros 75 millones y los fenómenos meteorológicos extremos han golpeado a otros 77 millones más. ¡Es un cóctel explosivo! Este 2023 fue el año más caluroso registrado, lleno de inundaciones, sequías e incendios forestales. La naturaleza parece estar gritando para que prestemos atención.

Y aquí va una reflexión: ¿qué significa tener acceso a alimentos si no tenemos dinero para comprarlos? O viceversa: ¿de qué sirve tener dinero si no hay comida disponible? Es un círculo vicioso que parece imposible romper sin un esfuerzo conjunto global. Arif Hussein, economista jefe del Programa Mundial de Alimentos, lo dijo bien claro: necesitamos acceso y financiación sostenidos para ayudar a quienes más lo necesitan.

[publicidad:866]

Así que hoy te invito a reflexionar sobre tu propia vida y tus privilegios. Tal vez sea hora de mirar más allá de nuestras pantallas y preguntarnos cómo podemos contribuir a cambiar esta realidad tan cruda. Desde donar a organizaciones humanitarias hasta simplemente compartir información sobre estas crisis; cada pequeño gesto cuenta.

Porque al final del día, todos somos parte del mismo planeta y no podemos quedarnos cruzados de brazos mientras otros luchan por sobrevivir. La lucha contra el hambre empieza con nosotros mismos, con nuestra conciencia y nuestra voluntad de actuar. Y aunque parezca abrumador, cada paso cuenta hacia un mundo donde nadie tenga que pasar hambre.