Mario Draghi, ex presidente del BCE y ex primer ministro italiano ha presentado recientemente un plan para relanzar la economía europea, es muy oportuno pues estamos perdiendo en las comparativas de competitividad con las economías americana y china. Plantea un macroplan con políticas orientadas a reindustrializar Europa, favorecer el mercado único, fortalecer la defensa o ahondar en la descarbonización. Financiar estas actuaciones supondría que Europa debe captar cada año 800.000 millones de euros de inversión adicional, preferiblemente inversión privada, pero también añade que se debería complementar con la emisión de eurobonos, esto lo considero mucho más complicado pues sería generar más deuda sobre unos Estados bastante endeudados en la actualidad.
No cabe duda que Europa necesita reindustrializarse, ha habido un desmantelamiento paulatino de la industria europea, que han sabido aprovechar los países asiáticos, encabezados por China, así el eje pacífico EEUU-Asía, ha tomado la delantera y es mucho más pujante que el tradicional eje atlántico EEUU-EU.
La Unión Europea señaló los sectores estratégicos para impulsar la reindustrialziación y estos son el sector energético, el alimentario, el farmacéutico y el de las tecnologías digitales.
Dentro de este marco europeo, en España y en el ámbito de la industria farmacéutica española, la colaboración público-privada está funcionando. El Ministerio de Sanidad está creando un marco jurídico estable y las compañías farmacéuticas han invertido hasta el momento 5.000 millones de euros en ampliación y modernización de sus plantas en España. El Ministerio está preparando cambios legislativos, en el ámbito de la evaluación, de fijación de precios o de la autonomía Estratégica, intentando favorecer el incremento de inversión privada en nuestro país, que sin duda es el camino..
La industria farmacéutica española ha seguido creciendo en I+D, 1,400 millones euros el año pasado. Esta cifra significa el 20% de total de la inversión en I+D de todos los sectores e incluye 830 millones dedicados a ensayos clínicos, donde somos líderes internacionales. España se ha situado como el primer país de Europa en número de participaciones en ensayos clínicos de nuevos medicamentos. También para muchas compañías farmacéuticas es el segundo país del mundo en actividad en ensayos clínicos, sólo por detrás de EEUU.
España en la actualidad cuenta con 174 plantas de producción de medicamentos, de ellas 106 de uso humano, de las que un 70 por ciento de ellas fabrican medicamentos de marca. Estas plantas de producción farmacéutica generan 23.000 millones de euros, el 30% de la producción de bienes de alta tecnología de España. El 50% de las plantas de producción se encuentran en Madrid, el 25% en Cataluña y el resto repartidas en otras 11 Comunidades Autónomas.
En Andalucía tenemos 6 de las plantas de producción farmacéutica, debemos incrementar este parque, hacer un esfuerzo para aprovechar este marco europeo para captar inversión y puestos de trabajo en nuestra tierra. Para ello se presentó en noviembre del año pasado el plan CRECE, tratando de incentivar la cadena de valor y que incluía una inversión pública de 10 M de euros por parte de la Junta de Andalucía, con el objetivo de captar 40 M de euros de inversores privados.
En mi opinión es un principio pero se debe revisar y potenciar, espero que la nueva Consejera de Sanidad lo considere en la medida que merece. La inversión pública es importante, pero también lo es la creación de la condiciones de estabilidad jurídica, fiscal y la simplificación administrativa en la evaluación de nuevos fármacos, no puede ser que haya una evaluación europea, española y autonómica, no digo que no tengan que intervenir las comunidades en la evaluación, pero en un solo paso, mediante una comisión única de Estado y Autonomías.
Otra tarea en este apartado que deberá acometer la nueva Consejera es la estrategia de comunicación para el fomento del uso de genéricos, que ha provocado una demanda de la patronal de los laboratorios de marca, Farmaindustria, basada en el incumplimiento de una ley marco estatal, la ley del medicamento, además de ir contra la libre competencia. Los genéricos son necesarios para estabilizar y controlar el presupuesto de inversión en fármacos de las administraciones autonómicas, pero no se debe penalizar a las marcas, pues son los laboratorios que investigan para desarrollar nuevos medicamentos, sin marcas no puede haber genéricos pues son copias de los primeros, que se comercializan tras expirar la exclusividad de la patente, es una perogrullada, pero hay que recordarlo.
El equilibrio es débil pero es factible conseguirlo. No se puede focalizar la atención en una sola pieza de un rompecabezas, olvidando donde encajan las otras,