El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) ha ratificado la condena de cuatro años de prisión para un joven que fue acusado de abusar sexualmente de forma continuada de su prima, una menor de 12 años. Los hechos ocurrieron durante las visitas familiares a la vivienda del condenado en Almería, donde el acusado aprovechaba los momentos a solas con la niña para cometer los abusos.
La sentencia establece que el joven no podrá acercarse a menos de 500 metros ni comunicarse con la menor durante un periodo de seis años. Además, se le impone una libertad vigilada de seis años y una inhabilitación para trabajar con menores durante ocho años. También deberá abonar una indemnización civil de 5.000 euros más intereses.
Los abusos se produjeron entre abril y mayo de 2021, cuando la menor acudía con su madre a visitar a su tía. Durante estas visitas, era habitual que la niña se retirara a una habitación junto a su primo para jugar a videojuegos, mientras sus madres permanecían en otras estancias. En esas ocasiones, el acusado aprovechó la soledad del cuarto para acariciar partes íntimas de la menor "siempre por encima de la ropa", en al menos tres o cinco ocasiones. A pesar de que la niña le pedía que dejara de tocarla y retirara su mano, el joven ignoraba sus súplicas hasta que ella se veía obligada a abandonar la habitación.
El último episodio documentado tuvo lugar el 21 de mayo de 2021. Aunque inicialmente la menor no comunicó lo sucedido a sus padres debido a "vergüenza", sí lo compartió con una amiga en el instituto, quien alertó a una profesora y activó así un protocolo ante posibles abusos.
A pesar del diagnóstico del acusado, quien padece esquizofrenia paranoide, el tribunal determinó que no había evidencia suficiente para concluir que sus facultades intelectivas o volitivas estuvieran anuladas o alteradas en el momento en que cometió los delitos.
La Sala rechazó el recurso presentado por la defensa del condenado, subrayando que no existían contradicciones en las declaraciones realizadas por la menor durante todo el proceso judicial. La niña fue descrita como "excesivamente tímida" e "introvertida", lo cual dificultó aún más su capacidad para expresar lo ocurrido. No obstante, se destacó que durante las entrevistas con profesionales especializados, pudo confirmar los tocamientos sufridos.
En relación con las alegaciones defensivas sobre la supuesta falta de reacción por parte de la víctima ante los abusos, el tribunal enfatizó que esta circunstancia no afecta a la consideración legal del consentimiento dado que se trataba de una menor de 16 años. Por tanto, cualquier ausencia o presencia del mismo es irrelevante en este contexto.
Finalmente, el TSJA dejó claro que estaba probado que durante los abusos, la niña manifestaba su desaprobación al retirar repetidamente las manos del acusado y optando por levantarse y salir del cuarto cuando no podía evitarlo. Esta respuesta refleja su confusión y rechazo ante situaciones que no comprendía completamente pero que sentía como inaceptables, todo ello condicionado por sentimientos como pudor y vergüenza.