Se están llevando a cabo labores de fumigación para prevenir la oruga procesionaria, enfocándose en los centros educativos y sus alrededores, así como en diversas zonas urbanas que cuentan con pinos. Esta intervención es una práctica habitual durante esta época del año, destinada a reducir las posibilidades de aparición de dicha oruga.
Estas acciones son cruciales para interrumpir el ciclo de la procesionaria desde sus inicios y evitar que, en caso de existir alguna plaga, esta llegue al suelo, donde puede generar mayores problemas. Es importante recordar que la procesionaria del pino es un lepidóptero que causa daños significativos tanto en pinares forestales como en espacios urbanos. Además de perjudicar gravemente a pinos, cedros y abetos, su última etapa larvaria puede representar inconvenientes para la salud de humanos y animales.
Asimismo, se están implementando tratamientos mediante el método de endoterapia, que consiste en inyectar directamente el tratamiento en el tronco del árbol. Esta técnica permite un control más efectivo y localizado de la plaga.
Con estas medidas, se busca proteger tanto el entorno natural como la salud pública, garantizando un ambiente seguro para todos. La prevención es clave para evitar problemas mayores relacionados con esta plaga.