Almería

Acción de Greenpeace en el Museo Arqueológico de Almería

Greenpeace denuncia que en España, las producciones familiares se han reducido un 36 % desde 2007, mientras la ley de Agricultura familiar acumula retrasos

Martes 03 de diciembre de 2024

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Esta mañana, activistas de Greenpeace han llevado a cabo una acción simbólica en el Museo Arqueológico de Almería, donde han colocado una losa de piedra caliza con un texto que reza “Agricultura familiar ¿en extinción?”. La pieza, que mide aproximadamente 20 x 30 cm y presenta restos de pinturas rupestres, representa a una familia de agricultores y ganaderos trabajando la tierra. Esta instalación busca denunciar el peligro al que se enfrenta la agricultura familiar, fundamental para la sostenibilidad del medio rural y la alimentación futura.

Además de en Almería, los activistas también han instalado piezas similares en el Museo Arqueológico Nacional en Madrid y en el Museo de la Evolución Humana en Burgos. Helena Moreno, responsable de sistemas alimentarios sostenibles de Greenpeace España, ha declarado: “La pequeña agricultura, que supone la gran mayoría en nuestro país, está desapareciendo. No queremos que estas personas se conviertan en una pieza de museo”.

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Según Greenpeace, la agricultura familiar y social representa actualmente el 60% del total agrícola español; sin embargo, desde 2007 ha disminuido un 36%. Este descenso ha dado paso a modelos productivos altamente capitalizados y tecnificados, concentrados en manos de grandes corporaciones agrícolas. La organización ecologista advierte sobre las consecuencias sociales y económicas que esta tendencia conlleva, como la pérdida de empleos rurales y la reducción de la soberanía alimentaria.

Moreno también enfatizó que las mega explotaciones agrícolas han más que duplicado su número desde 2007. Aunque representan solo el 7% del total de explotaciones agrarias, constituyen ya la mitad de la producción económica total. Esta concentración del poder económico plantea serios riesgos para las pequeñas producciones familiares y para el medio ambiente.

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Greenpeace critica además el papel desempeñado por los fondos de inversión en este proceso. Estos fondos están invirtiendo en tierras agrícolas con un enfoque intensivo y orientado a la exportación, lo que agrava aún más la situación para los pequeños agricultores. Según datos proporcionados por Greenpeace, estos fondos ya poseen más de 100.000 hectáreas de tierras regadas en la península ibérica.

La organización también ha señalado que las ayudas europeas actuales no benefician equitativamente a las pequeñas explotaciones familiares. A pesar de recibir un porcentaje significativo del presupuesto agrícola común europeo (PAC), estas pequeñas explotaciones obtienen solo el 29% de las subvenciones directas frente al 23% que reciben las mega explotaciones.

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Greenpeace hace un llamado al gobierno español para que cumpla con sus promesas y lidere una ley que proteja efectivamente a la agricultura familiar y social. La organización propone medidas como la creación de un banco público de tierras para evitar el acaparamiento y especulación, así como incentivos para prácticas agroecológicas.

Con estas acciones y declaraciones, Greenpeace busca concienciar sobre la importancia vital de mantener viva la agricultura familiar como pilar fundamental para un futuro sostenible.

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