El 8 de diciembre, como es tradición, la Virgen Inmaculada ha salido de su templo para recorrer las calles de Dalías en una emotiva procesión que celebra su festividad. La imagen, llevada con gran devoción por un grupo de costaleras, ha sido el centro de una jornada repleta de fervor y alegría, acompañada por niños y niñas de catequesis, así como por vecinos y devotos del lugar.
Después de la celebración de la eucaristía, el ambiente se llenó de recogimiento y felicidad mientras se ultimaban los preparativos para la salida de la Virgen. Los fieles se reunieron en la iglesia para rendir homenaje a la Inmaculada, cuya devoción representa uno de los pilares más significativos en las tradiciones religiosas de Dalías.
La imagen, cargada de historia y significado para los dalinenses, fue transportada por las costaleras, quienes mantienen viva la tradición de llevar a la Virgen a hombros, siguiendo el legado de las “Hijas de María”. Con respeto y habilidad, estas mujeres llevaron en andas a la imagen a lo largo del recorrido, emocionando a todos los presentes.
La procesión estuvo presidida por el párroco Raúl del Águila y contó con la participación activa de un grupo de niños y niñas de catequesis. Estos pequeños, portando globos celestes, acompañaron a la Virgen como parte integral de su formación religiosa. Para ellos, esta experiencia ha reforzado su fe y conexión con la comunidad.
A medida que avanzaba el recorrido, muchos vecinos y devotos se unieron al cortejo, expresando su cariño y devoción hacia la Virgen Inmaculada mediante cantos y oraciones conjuntas. Este evento no solo fue un acto religioso; fue también un momento de unión para el pueblo de Dalías, que demostró una vez más el profundo amor y respeto que le profesan a la Virgen.
El paso de la Inmaculada por las principales calles del pueblo se convirtió en un espectáculo lleno de belleza, fe y tradición. La jornada culminó con el regreso de la imagen al templo, en medio de un ambiente cargado de recogimiento.
“La procesión de la Virgen Inmaculada no solo es un acto religioso; es una manifestación del espíritu e identidad del pueblo de Dalías”, afirmó el alcalde Francisco Lirola al concluir el evento. Esta celebración resalta cómo este pueblo sigue cultivando sus tradiciones más profundas con orgullo y devoción.