Opinión

Baterías eternas

(Foto: malasombra).
Aixa Almagro | Domingo 09 de febrero de 2025

Si hay algo que me encanta de ser periodista en Almería, es que siempre tengo la oportunidad de conectar con la realidad de la gente. Y hoy quiero hablarles de un tema que me tiene intrigada: una batería de diamante con carbono-14 que promete durar 5.700 años. ¡Sí, lo han oído bien! Mientras nosotros luchamos por encontrar el cargador del móvil o por recordar cuándo fue la última vez que cambiamos la batería del coche, estas maravillas tecnológicas están a punto de cambiarlo todo.

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Imaginen un marcapasos que nunca se quede sin energía. No más visitas al hospital para reemplazar esa pequeña pieza vital que nos mantiene vivos. Mi abuela, que siempre ha sido una mujer fuerte y llena de vida, tuvo que lidiar con un marcapasos durante años. Recuerdo cómo cada vez que le tocaba la revisión, ella se ponía nerviosa, no solo por el procedimiento en sí, sino porque sabía que era un recordatorio de su fragilidad. Ahora imaginen que ese dispositivo pudiera funcionar eternamente gracias a esta nueva batería. ¡Sería como darle un respiro a su vida!

Y no solo eso; pensemos en los desfibriladores o en esos implantes tan necesarios para muchas personas. En un mundo donde la tecnología avanza a pasos agigantados, tener dispositivos médicos que funcionen sin interrupciones podría ser un verdadero milagro. Imagínense una emergencia médica en medio del desierto almeriense, donde el sol abrasa y las conexiones eléctricas son más escasas que las sombras. Con estas baterías, podríamos tener equipos médicos operativos incluso en los lugares más remotos.

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Claro, también me viene a la mente mi amigo José, quien es mecánico y siempre está hablando sobre coches eléctricos y su dependencia de la carga eléctrica. “¡Imagina!”, dice él con esa chispa en los ojos, “un coche eléctrico que nunca necesita cargar”. Sería como si tuviéramos una máquina del tiempo: podríamos recorrer toda la costa almeriense desde San José hasta Roquetas sin preocuparnos por encontrar una estación de carga. ¡Adiós a las colas y a los nervios!

Sin embargo, no puedo evitar preguntarme: ¿realmente estamos listos para este tipo de avance? A veces pienso en lo dependientes que nos hemos vuelto de la tecnología y cómo esto puede afectar nuestra forma de vivir. Me recuerda a esas tardes en las playas vírgenes de Cabo de Gata, donde desconectarse del mundo digital es casi obligatorio para disfrutar del atardecer sin distracciones.

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Y aunque muchos ya aseguran que estas baterías "obrarían milagros", creo que debemos ser cautelosos. La tecnología tiene sus pros y sus contras; no podemos olvidar los problemas ambientales asociados con su producción y desecho. En Almería somos muy conscientes del valor del agua y los recursos naturales; así que sería irónico depender de materiales raros para crear algo tan esencial como energía infinita.

Así que aquí estoy, reflexionando sobre esta revolución energética mientras disfruto de un buen café en una terraza almeriense. La idea de vivir rodeada de dispositivos eternos es tentadora; pero también me hace valorar esos momentos simples: el olor a café recién hecho, el sonido del viento entre las palmeras y las risas compartidas con amigos y familiares.

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En fin, ¿quién sabe qué nos traerá el futuro? Tal vez algún día estemos hablando sobre nuestras experiencias con estas baterías como si fueran parte natural de nuestras vidas cotidianas. Pero por ahora, seguiré disfrutando cada instante presente... ¡y buscando mi cargador!

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