ESPAÑA

Finaliza la Big Fucking Party 2025 tras seis días de música

Antonio Manuel Sánchez Urrutia | Lunes 06 de enero de 2025
Después de casi seis días de celebración, la macro fiesta rave ilegal conocida como 'Big Fucking Party 2025', que se desarrolló en las inmediaciones del aeropuerto de Ciudad Real, ha llegado a su fin. La música, que resonó sin interrupción desde la noche de Nochevieja, ha cesado y los asistentes han comenzado a desmantelar sus campamentos y a abandonar el área.
La fiesta, que congregó a miles de personas amantes de la música electrónica procedentes de diversas partes de España y Europa, se prolongó hasta el Día de Reyes, batiendo su propio récord de duración. A pesar de la falta de autorización y el evidente consumo de drogas, la celebración transcurrió sin mayores incidentes significativos, según informan fuentes locales.
La Subdelegación del Gobierno en Ciudad Real decidió no intervenir para desalojar a los participantes, argumentando que hacerlo podría generar más problemas que beneficios, dada la cantidad de personas y el estado en que muchos podrían estar tras días de fiesta. Esta decisión se basó en experiencias de ediciones anteriores, donde también se optó por una estrategia de vigilancia y control de daños en lugar de un desalojo forzoso.
Se registraron cuatro detenciones, principalmente relacionadas con el tráfico de drogas, y decenas de multas por consumo de sustancias ilegales y otras infracciones menores. Sin embargo, la ausencia de incidentes graves ha sido destacada por algunos de los participantes y locales, dando una imagen de una fiesta que, si bien ilegal, se gestionó con cierto grado de orden y respeto por parte de los asistentes.
Mientras los últimos raveros recogían sus pertenencias y partían, el terreno alrededor del aeropuerto comenzó a recuperar su habitual tranquilidad, aunque aún quedan rastros de la gran concentración de gente que lo invadió durante días. Los organizadores de la rave, que siguen siendo anónimos, lograron una vez más celebrar un evento que desafía las normas tradicionales de ocio, demostrando que la cultura rave, con toda su polémica, puede ser una forma de celebración masiva autocontrolada.
Las autoridades locales y los vecinos de Ciudad Real esperan ahora evaluar el impacto del evento en el entorno natural y urbano, especialmente en lo que respecta a la limpieza del área y la posible afectación a la fauna local, dado que se encuentra cerca de una Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

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