La mañana del domingo 12 de enero de 2025, horas antes del crucial partido de LaLiga Hypermotion entre el Córdoba CF y la UD Almería en el Nuevo Arcángel, la ciudad de Córdoba fue escenario de un lamentable episodio de violencia entre grupos de aficionados radicales de ambos equipos.
Los incidentes comenzaron en la Plaza del Moreal, una zona frecuentada por los hinchas en días de partido, donde grupos de ultras del Córdoba y del Almería, junto con adherentes de otros equipos como el Linares y el Real Jaén, se enfrentaron en una batalla campal. Los enfrentamientos incluyeron el lanzamiento de sillas, mesas, botellas y piedras, causando destrozos en los locales de hostelería de la plaza y generando un clima de caos y alarma entre los residentes y comerciantes de la zona.
La Policía Nacional tuvo que intervenir rápidamente para disolver los altercados, logrando detener a al menos una persona y procediendo a identificar a una veintena de individuos implicados en los disturbios. Según informes, hubo al menos una camarera herida por un botellazo, aunque no se reportaron heridos de gravedad entre los participantes de la pelea.
Este episodio ha vuelto a poner el foco en la problemática de la violencia en el fútbol español, especialmente en encuentros considerados de rivalidad regional como es el derbi andaluz entre Córdoba y Almería. El Ayuntamiento de Córdoba, a través de su portavoz, ha condenado enérgicamente estos actos y ha solicitado una Junta Local de Seguridad extraordinaria para abordar la prevención de futuros incidentes.
La reacción en redes sociales y medios de comunicación ha sido de rechazo absoluto hacia estos comportamientos, resaltando la urgencia de medidas más efectivas para erradicar la violencia en el deporte. Las imágenes y vídeos de la pelea se han viralizado, provocando una ola de indignación entre los aficionados al fútbol que desean disfrutar de este deporte sin la sombra de la violencia.
Las autoridades están investigando si estos enfrentamientos fueron planificados o surgieron de manera espontánea, aunque lo que parece claro es que la pasión por el fútbol no debe traducirse nunca en actos vandálicos o agresiones.