Este jueves, al menos cincuenta personas han perdido la vida en un intento de alcanzar las Islas Canarias a bordo de un cayuco, tras una travesía marítima de trece días. La ONG Caminando Fronteras ha dado a conocer esta trágica noticia a través de las redes sociales, con la fundadora de la organización, la almeriense Helena Maleno, confirmando que la mayor parte de las víctimas eran de origen paquistaní.
Según los informes, la embarcación partió de Mauritania el 2 de enero con 86 personas a bordo, entre las cuales había 66 nacionales de Pakistán. El cayuco naufragó en su camino a Canarias, y fue Marruecos quien rescató a 36 de los migrantes con vida, incluyendo a un adolescente. Del total de fallecidos, 44 eran paquistaníes, lo que subraya el uso cada vez más frecuente de esta ruta por ciudadanos de Asia del Sur en busca de llegar a Europa.
Esta tragedia se suma a una serie de eventos mortales en la ruta atlántica hacia Canarias, conocida como una de las más peligrosas del mundo. En 2024, según los datos de Caminando Fronteras, al menos 9.757 personas fallecieron intentando llegar a Canarias, lo que equivale a un promedio de 28 muertes diarias. La ruta Mauritania-Canarias ha sido particularmente letal, con 6.829 vidas perdidas el año pasado debido a las condiciones extremas y la sobrecarga de las embarcaciones.
El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha reaccionado en la plataforma X, expresando su pesar por las víctimas y reclamando una acción más decidida por parte del Estado y de Europa: "No se puede ser solo testigos. El Atlántico no puede seguir siendo el cementerio de África. No pueden seguir de espaldas a este drama humanitario."
La ONG Caminando Fronteras ha alertado sobre la necesidad de mejorar los mecanismos de búsqueda y rescate, criticando la falta de respuesta ante emergencias en el mar. La organización ha documentado que la embarcación estuvo trece días a la deriva sin que llegara el rescate, a pesar de que se dio la alerta a todos los países con responsabilidad en las aguas de rescate.
Este evento ha vuelto a poner en el foco la crisis migratoria en el Atlántico, urgiendo a una reevaluación de las políticas de inmigración y rescate en el océano. Las organizaciones humanitarias y algunos políticos locales están pidiendo una respuesta más coordinada y humana para evitar futuras tragedias en esta ruta migratoria.