Siempre he tenido una relación un tanto escéptica con eso del 'Blue Monday'. Ese día que supuestamente se presenta como el más triste del año, marcado por la combinación de la resaca navideña, el frío y los propósitos de año nuevo que ya han caído en el olvido. Pero, ¿saben qué? Este año decidí darle la espalda a esa idea y me lancé a celebrar el 20 aniversario de Hip Hop Street en Vícar. Y vaya si fue una fiesta.
Fui con un grupo de amigos, todos con ganas de disfrutar y dejar atrás cualquier sombra de tristeza. Desde el momento en que llegamos, el ambiente era puro derroche de energía. El bullicio de la gente, las risas y la música nos envolvieron como un abrazo cálido en pleno enero. No podía evitar sonreír al ver al alcalde Antonio Bonilla mezclándose con la juventud del pueblo; su alegría era contagiosa. El Duelo en el Desierto me hizo recordar cuando organizábamos fiestas en casa de mis padres y él siempre había alguien dispuesto a poner un poco más de música para animar el ambiente.
La jornada comenzó con una competición de baloncesto 3x3 que atrajo a muchos pequeños talentos y sus familias. El equipo Wrap Team se llevó el primer premio, pero lo mejor fue ver cómo los niños brillaban con cada canasta. Me acordé de mi primo pequeño, que siempre dice que quiere ser jugador profesional; estoy segura de que ese día le inspiró aún más.
Conforme avanzaba la tarde, el evento se transformó en un espectáculo vibrante. Las batallas de breakdance eran uno de los grandes atractivos, y no es para menos. Malaganzterz se llevó el primer premio tras unas horas intensas donde cada equipo mostró su mejor versión. Allí estaba yo, grabando videos para Instagram mientras mis amigos intentaban imitar los movimientos imposibles que veíamos sobre la pista. La risa era inevitable; creo que nunca había visto a Miki intentar hacer un 'headspin' con tanto entusiasmo (y tan poco éxito).
Y luego llegó la batalla Freestyle en la Plaza Anfiteatro de La Gangosa. Kvron se coronó como el número uno, pero lo realmente impresionante fue ver cómo cientos de personas se reunieron para vitorear a los artistas. Ahí estaba yo, rodeada de amigos y desconocidos, todos unidos por una pasión común: el hip hop. En esos momentos entendí que este evento no solo celebra la cultura urbana; también crea comunidad. Es un folclore identitario que trasciende generaciones.
Así que, querido lector, si alguien te dice que hoy es 'Blue Monday', recuérdale que hay cosas mucho más importantes: como disfrutar de un festival lleno de vida y creatividad en nuestra querida Almería. La tristeza no tiene cabida cuando estás rodeado de buena música y gente apasionada. Así que brindemos por más días como este y dejemos atrás esas etiquetas absurdas impuestas por el márketing.
¡·l 'Blue Monday' no existe! Lo único real es la felicidad compartida entre amigos y la magia del Hip Hop Street en Vícar. Así que ya saben: si quieren combatir esa supuesta tristeza anual, ¡no duden en salir a celebrar!