No lo va a reconocer, pero Moreno Bonilla debe andar también noqueado aunque Feijóo no se haya pronunciado hasta ahora en esos términos al referirse al presidente andaluz. Sólo de esa manera se podría entender que durante estos años al frente de la Junta haya destrozado la sanidad pública de la manera que lo ha hecho, haya desviado fondos a la privada sin la preceptiva cobertura legal y siga sin hacer la más mínima autocrítica de su monumental desastre de gestión.
Y no es de extrañar que continúe en ese estado de ausencia. Su gobierno está inmerso en una causa judicial que tiene a tres altos cargos imputados tras conocerse que, al menos, se podrían haber desviado 243 millones a clínicas privadas a través de contratos de emergencia a dedo, sustanciados en normas derogadas, y que más de 1.200 millones en contratos se habrían fragmentado de forma fraudulenta. Por lo tanto, Moreno Bonilla se encuentra ya a un solo paso de que lo ovacionen todos sus compañeros y que agradezca esas muestras de apoyo incondicional confirmando que seguirá por el mismo camino. De hecho, la Consejería de Salud a día de hoy sigue contratando de forma irregular.
Este PP que da lecciones de rectitud desde su sede de la calle Génova, reformada con dinero de su caja B, es el de siempre. Los Feijóo, Ayuso, Mazón o Moreno Bonilla forman parte del mismo escaparate del ilusionismo, pero lo que se trajina en la trastienda es otra cosa. De ahí es de donde sale el chanchullo, el bulo y la confrontación permanente, pero ni una sola propuesta. Uno de los ejemplos más claros lo hemos encontrado en estos días con la respuesta que ha dado al grave problema que tenemos con la vivienda en España: desempolvar las recetas que siempre ha utilizado la derecha para beneficiar a los especuladores.
El PP está en eso y precisamente por eso medidas como las del Bono Alquiler Joven, que impulsa y paga el Gobierno de España, vuelven a gestionarse de manera chapucera por parte del noqueado Moreno Bonilla. En esta segunda convocatoria, que ha lanzado sin haber terminado de resolver la de 2022, se han vuelto a reproducir los mismos problemas a la hora de tramitar la solicitud. Siendo esto ya grave, lo peor es que se siga insistiendo en plantear estas ayudas como un concurso en el que sólo consigue el bono el que haya tenido la suerte de haber entrado antes al sistema y no el joven o a la joven que más lo necesita.