En la madrugada de hoy, la Policía Nacional ha llevado a cabo un operativo en varios puntos de la ciudad de Córdoba, resultando en la detención de al menos ocho ultras del Córdoba CF vinculados a los disturbios ocurridos previos al partido celebrado el 11 de enero en El Arcángel contra la UD Almería.
Los altercados se produjeron el domingo 12 de enero en la Plaza del Moreal, a solo 800 metros del Estadio del Arcángel, donde se enfrentaron aficionados de ambos equipos, lo que derivó en una batalla campal con lanzamientos de objetos como sillas y mesas. Según fuentes policiales, el enfrentamiento se inició alrededor de las 11:30 de la mañana, tres horas antes del inicio del partido. Los vecinos de la zona alertaron rápidamente a las autoridades sobre la situación, lo que llevó a la intervención de la Policía Nacional y la Policía Local para restablecer el orden.
Durante los incidentes iniciales, un aficionado del Córdoba CF fue detenido por alteración del orden público, y más de una veintena de personas fueron identificadas. Sin embargo, la operación policial de esta mañana ha ampliado la lista de detenidos, enfocándose en aquellos presuntamente más implicados en los disturbios. La operación, que sigue abierta, podría llevar a nuevas detenciones, ya que se han identificado hasta 30 participantes en la riña tumultuaria.
El portavoz del gobierno local, Miguel Ángel Torrico, expresó la "total condena" del Ayuntamiento hacia los incidentes, destacando la necesidad de medidas preventivas para evitar que tales eventos se repitan. Ha solicitado una Junta Local de Seguridad para coordinar la respuesta y prevención de futuros altercados en los barrios cercanos al estadio.
La Asociación de Vecinos 'El Arenal del Arcángel' también ha mostrado su rechazo a estos sucesos y ha urgido la implementación de medidas concretas e inmediatas para garantizar la seguridad en la zona, especialmente considerando la cercanía a áreas frecuentadas por familias y niños.
El Córdoba CF emitió un comunicado condenando los actos vandálicos y asegurando que estos no representan a la afición ni a los principios del club, abogando por el respeto y la hermandad entre las aficiones.
La operación policial ha incluido la visita a domicilios de los sospechosos, demostrando un enfoque proactivo para desmantelar grupos ultras violentos. Hasta el momento, las fuentes oficiales no han revelado los nombres de los detenidos ni han proporcionado detalles adicionales sobre su participación específica en los hechos, manteniendo la confidencialidad de la investigación en curso.
Este operativo refleja la determinación de las fuerzas de seguridad para erradicar la violencia en el deporte y proteger tanto a los ciudadanos como a la imagen del fútbol español. La Policía Nacional ha afirmado que seguirá trabajando para identificar y detener a todos los implicados en estos incidentes, asegurando que la Ley del Deporte se aplicará con rigor a los infractores.
Las autoridades han hecho un llamamiento a la calma y al respeto entre las aficiones, recordando que el fútbol debe ser un espacio de convivencia y no de violencia.