La reforma laboral impulsada por la vicepresidenta y ministra de Trabajo Yolanda Díaz, con la intención de reducir la temporalidad y convertir el contrato indefinido en la norma, ha traído consigo un fenómeno inesperado: el aumento de la precariedad laboral en la provincia de Almería.
Según los datos consultados por Noticias de Almería en la Muestra Continua de Vidas Laborales, entre 2018 y 2023, el número total de cotizantes en Almería aumentó de 356.500 a 393.225 personas, lo que en principio sería un dato normal de incremento natural. Este incremento podría interpretarse inicialmente como un éxito en la creación de empleo. Sin embargo, un análisis más detallado revela que no todo es tan positivo.
En 2018, bajo el gobierno del Partido Popular de Mariano Rajoy, 179.775 personas de la provincia tuvieron un único episodio de cotización a lo largo del año. En 2023, tras la reforma laboral, esta cifra ascendió a 208.925. Es decir, casi 30.000 personas más tuvieron un único contrato laboral en el año, pero no se indica la duración del mismo, por lo que la clave está precisamente en el resto de la estadística, y es que el número de trabajadores con múltiples episodios de cotización también se incrementó notablemente. Por ejemplo, los que registraron de 3 a 5 episodios subieron de 94.475 en 2018 a 95.025 en 2023.
Especialmente preocupante es el crecimiento en la categoría de 6 a 9 episodios de cotización, que pasó de 18.875 personas en 2018 a 19.850 en 2023. Esto refleja un aumento de contratos breves y discontinuos, a pesar de que supuestamente la reforma buscaba estabilizar el empleo.
Los casos más extremos tampoco se quedan atrás: el número de trabajadores con 10 o más episodios de cotización pasó de 5.900 en 2018 a 6.100 en 2023. Este dato muestra que, para algunos almerienses, el supuesto contrato indefinido no garantiza la estabilidad que se prometió.
Aunque la reforma laboral ha reducido la temporalidad en términos formales, la realidad en Almería evidencia una precarización encubierta. Es decir, aunque los contratos se firman como indefinidos, lo cierto es que los trabajadores siguen viviendo en la temporalidad. Se encadenan contratos breves bajo la etiqueta de indefinidos, dejando a muchos trabajadores en una situación de vulnerabilidad similar o incluso peor que antes.