Repitan conmigo: los árboles proporcionan sombra. No es un mantra místico ni una revelación esotérica, es simplemente un hecho. Un hecho que, al parecer, en Almería y en otras ciudades de la provincia han decidido ignorar en su creciente cruzada urbanística.
Resulta que han comenzado a instalar toldos en las calles más céntricas de la ciudad a petición de los comerciantes, que no quieren que los consumidores se les derritan antes de llegar a la puerta de la tienda. Y oye, hasta ahí, lógico. Si algo hace en Almería es sol, y no precisamente en dosis moderadas. Pero lo curioso es que en esos mismos lugares donde ahora florecen toldos de lona (ya sabemos a qué precio), se han ido eliminando árboles con una constancia que resulta, cuando menos, llamativa. O se ha intentado, como pasó con la Plaza de la Constitución.
Los árboles no solo dan sombra, sino que enfrían el ambiente, reducen la contaminación, embellecen la ciudad y, por si fuera poco, generan oxígeno. Vamos, que no son meros adornos. ¿Que requieren cuidados? Sí. ¿Que su mantenimiento no es gratuito? También, aunque habría que compararlo con el de los toldos. Pero su beneficio es incuestionable. Sin embargo, en Almería la gestión del arbolado parece basarse en un único criterio: que no molesten.
Si las ramas crecen más de la cuenta, se retiran, nunca sabemos bien dónde, en vez de podarlos adecuadamente. Si un árbol empieza a inclinarse porque la última poda fue un desastre, no se refuerza ni se equilibra, porque es la famosa "poda natural". ¿Y qué es la "poda natural"? Un eufemismo para justificar que solo se cortan las ramas que molestan y se dejan los árboles desfigurados y peligrosamente desequilibrados, listos para caer al primer vendaval.
Aquí la cuestión no es toldos sí o toldos no. Es sentido común sí o sentido común no. Y en una ciudad donde el calor es un problema de primer orden, eliminar árboles para luego gastar dinero en lonas artificiales es, como mínimo, discutible. Hay que cuidar el arbolado porque es una inversión a largo plazo, porque es necesario, porque es lógico.
Cerca de mi casa hay unos árboles que no se han tocado en 15 años -se puede ver en las fotos comparadas de Google maps- y cuando lo han hecho hace un mes, solo han actuado en las ramas de abajo, mientras que las de arriba llegan a más de la mitad de la calzada, y su única poda natural es la que le hacen los autobuses al pasar.
Pero bueno, repitan conmigo una última vez: los árboles proporcionan sombra. No es difícil de entender.