El año 2025 ha comenzado con un notable aumento en las informaciones que revelan la creciente toxicidad del ambiente laboral en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), anteriormente considerado un referente científico tanto a nivel nacional como europeo. Recientes informes internos han alertado al Ministerio de Ciencia sobre el declive del CNIO y responsabilizan a su directora. Estos documentos recogen múltiples denuncias contra la bióloga, acusándola de acoso, maltrato y abuso de poder, en un contexto marcado por la disminución de la producción científica y el prestigio del mayor centro de investigación sobre el cáncer en España.
Por su parte, la directora del CNIO responde a estas acusaciones denunciando una campaña de desprestigio en su contra, argumentando que se trata de una situación que afecta a las mujeres en posiciones de poder, lo que ella considera una forma de violencia institucional por razón de sexo. En medio de este clima conflictivo y los problemas psicosociales derivados de la gestión, el 29 de enero se tomó la decisión unánime por parte del Patronato del CNIO de cesar tanto a la directora como al gerente.
No es pertinente adentrarse en los detalles específicos del conflicto entre la dirección científica y la gerencial del CNIO, pero es fundamental señalar cómo esta conflictividad organizativa e institucional genera un ambiente laboral negativo. La directora ha admitido haber recibido una denuncia reciente por acoso laboral, lo cual añade un alto costo institucional debido al daño reputacional que esto conlleva.
Aproximadamente el 10% de los empleados ha presentado demandas contra la institución en el último año, sumando hasta 40 denuncias entre los 450 trabajadores. Estas acciones legales abarcan tanto cuestiones económicas, como diferencias salariales significativas entre el personal, así como denuncias por acoso laboral y abuso de poder. Se acusa a la dirección de ejercer un liderazgo tóxico.
Este tipo de situaciones no son infrecuentes en entornos laborales similares, donde las denuncias cruzadas pueden llevar al despido justificado del directivo involucrado. Un ejemplo relevante sería la sentencia STSJ Madrid 617/2024, 21 de junio, que confirma que un estilo autoritario puede ser considerado tóxico debido al temor generado en el equipo por la presión constante.
En años recientes, parece que el CNIO ha desviado sus esfuerzos hacia actividades culturales complementarias a través de su Fundación, lo que podría estar perjudicando su capacidad investigadora. La directora sostiene: “A lo largo de mi vida he sufrido este acoso; sobre todo lo sufrimos las mujeres que estamos en una situación de poder... no se está hablando de mis logros investigadores”. Ella defiende su gestión basándose en evaluaciones positivas cada cinco años para renovar su contrato.
A pesar del contexto actual, es crucial resaltar la necesidad de una adecuada organización laboral para asegurar no solo el funcionamiento competitivo del CNIO sino también el bienestar general del personal. Aunque existen protocolos para gestionar el acoso, parece evidente que estos no están funcionando adecuadamente.
Mantener y reforzar una imagen reputacional positiva es esencial. Si bien carecemos de datos suficientes para evaluar completamente el impacto real en el deteriorado clima sociolaboral del CNIO, subraya la importancia crítica de mantener un entorno laboral saludable. Implementar políticas proactivas centradas en el bienestar del personal es vital para garantizar tanto su satisfacción como su competitividad. Esto resulta aún más relevante en un centro dedicado a la lucha contra el cáncer.
No es raro encontrar noticias similares dentro del ámbito sanitario; casos recientes incluyen condenas a instituciones por no aplicar protocolos adecuados frente al acoso laboral. El nuevo director enfrentará grandes retos, pero deberá priorizar la recuperación del bienestar psicosocial dentro del CNIO.