Yo intento comprender a Moreno Bonillo, es el presidente de los andaluces, y el hombre se merece un poco de comprensión y respeto. Aunque solo sea un poquito, reconozco que a veces me cuesta, no crean. Le acabo de leer que hay que hacer un esfuerzo por entenderse con Junts, pero no con el presidente de esa formación. Pobre “mochito”, el presidente de los andaluces no lo quiere ni en pintura. Mañana es capaz de salir a los medios, y como un torero a lo grande, decir que hay que hacer un esfuerzo para entenderse con Vox, pero nunca con Abascal.
Cositas como estas, son las que nos ha venido diciendo Pedro Sánchez, para unas horas más tardes, o unos días después salirse por la tangente. Hoy nos dice Moreno que con Junts si, con “mochito” no, y mañana qué le cuesta al hombre decir que, por el interés general de los andaluces, o de los españoles, hay que acercarse un poco, solo un poquito, al del “mochito” en la cabeza. Y nos la ha metido de culo. Y sin anestesia, oiga, que es lo que habitualmente hacen los políticos.
Te ponen a cuatro patas mirando pa Cuenca, y jeringazo al culo.
Cuando te quieres dar cuenta, ya han pactado con Junts y con toda la cohorte que lleva detrás. Uno no imagina el interés despertado en querer pactar con ese grupo racista y de derechas catalán, pero algo debe tener el partido de los hijos de Jordi Pujol para el líder del Pp de Andalucía cuando se decanta abiertamente por ellos. Supongo que es consciente el presidente de los andaluces de lo que los líderes de ese partido catalán piensan y han venido aportando a la literatura sobre el pueblo que hoy está dirigiendo. No ha sido agradable para muchos de los que hemos estado años en aquellas tierras, leer lo que Pujol y otros presidentes pensaban y piensa de los andaluces, como para que hoy un presidente andaluz, venga a magnificar lo que sería un pacto con el partido que más insultos ha proferido sobre nuestra gente, por mucho que deje de lado al “mochito”.
No sé qué les dan a estos chicos del Pp, lo de chicos dicho desde la distancia que dan los años, pero les encanta meterse en todos los charcos que van encontrando en el camino, y a veces, por lo que vemos, sin las botas de agua calzadas. Luego se quejan de que no los entendemos, que no tienen voces que les defiendan, hijos del amor hermoso, si es que no dais ni una a derechas. Andáis con un pie en el centro, y el otro, haber cuando vais a saber dónde colocarlo. Pero Juanma, tú, a lo tuyo, a ser buena gente, a ganarte el cielo, o un altar junt a la Macarena.