La consejera de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, Catalina García, ha inaugurado las obras para el sellado del vertedero de inertes en Albox, un proyecto que cuenta con una inversión de 2,6 millones de euros. Esta actuación está cofinanciada por fondos europeos FEDER en el marco 2021-2027 y se enmarca dentro del objetivo específico 2.7, que se centra en la rehabilitación de zonas industriales y terrenos contaminados. Catalina García destacó que esta obra «es una muestra más del compromiso del Gobierno andaluz con esta localidad almeriense, así como con una gestión sostenible de los residuos y la mejora de los entornos naturales».
Durante su visita, la consejera explicó que la falta de plantas de tratamiento autorizadas cercanas a los núcleos urbanos ha llevado al desarrollo incontrolado de depósitos de residuos procedentes de la construcción y demolición. Estos vertidos han sido realizados sin control técnico ni medidas adecuadas para proteger el medio ambiente, convirtiéndose en instalaciones no reguladas que requieren clausura y restauración.
El vertedero de Albox ha sido objeto de atención especial debido a su inclusión en el procedimiento de infracción 2015/2192 por parte de la Comisión Europea, relacionado con la Directiva 2008/98/CE sobre residuos. En este contexto, la Consejería ha decidido llevar a cabo esta intervención como parte del Plan Integral de Residuos de Andalucía (PIREC 2030), buscando evitar daños ambientales y asegurar condiciones adecuadas de salubridad.
Catalina García informó que el proyecto fue adjudicado en noviembre pasado y tiene una duración estimada de 24 meses. Una vez finalizadas las obras, el Ayuntamiento de Albox implementará un Plan de Vigilancia y Control que se extenderá por un mínimo de 30 años. La consejera añadió que «el sellado del vertedero permitirá garantizar la seguridad ambiental de la zona, eliminando posibles focos de contaminación y promoviendo la regeneración del entorno», lo cual incluye la plantación de más de 30.000 plantas.
Actualmente, el vertedero carece de vallado perimetral y ocupa más de cinco hectáreas, lo que equivale aproximadamente a cinco campos de fútbol. Las nuevas actuaciones tienen como objetivo reducir los riesgos ambientales asociados al vertedero, especialmente en relación con la posible contaminación o alteración del agua y los recursos naturales, así como garantizar la seguridad pública.