Este mes de Febrero es un tiempo especial para reflexionar sobre la importancia del núcleo familiar en la vida cristiana. La familia es el primer espacio donde se vive y transmite la fe, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret, modelo de amor, unidad y entrega a Dios.
Durante este mes, la Iglesia Católica nos invita a fortalecer nuestros lazos familiares mediante la oración, el diálogo y el compartir fraterno. Se nos recuerda que el matrimonio y la familia son parte del plan divino, y que cada hogar debe ser un reflejo del amor de Dios, basado en el respeto, la comprensión y el sacrificio mutuo.
Este mes además, celebramos a San Valentín, que una de las leyendas situaban su sepultura en el claustro de la Apostólica Iglesia Catedral de la Encarnación de Almería, un sacerdote que, según la tradición, fue decapitado en el siglo III por celebrar matrimonios en secreto, desafiando la prohibición del emperador romano Claudio II, quien consideraba que los soldados solteros eran más efectivos en combate.
Asimismo, febrero nos invita a valorar el papel de cada miembro de la familia en la educación en la fe y en la vivencia de los valores cristianos. Padres, hijos, hermanos, abuelos… todos en la unidad familiar, tenemos la misión de construir un ambiente donde reine la paz, la solidaridad y el bien común, especialmente en un mundo que enfrenta constantes desafíos intentando dividir la unidad familiar.
En este mes, las parroquias suelen mover diversas actividades pastorales para fortalecer a las familias, como retiros, encuentros matrimoniales y jornadas de reflexión, iniciativas que buscan renovar el compromiso de los esposos y recordar que la familia es una bendición: El verdadero cimiento de nuestra sociedad. Nacemos en el marco amoroso de una familia.
En este contexto, es crucial rezar para que nuestros líderes políticos reconozcan el papel fundamental de la familia en la estabilidad y el desarrollo de la sociedad. Las políticas públicas deben estar orientadas a fortalecer el núcleo familiar, promoviendo medidas que faciliten la conciliación laboral y familiar, el acceso a vivienda digna, salarios justos y la protección de las madres que quieren tener sus bebés (crear una familia) pero se ven tentadas a abortar por falta de recursos.
Debemos rezar, y mucho, para que el Señor ilumine sus mentes y transforme sus corazones, de modo que trabajen con responsabilidad y compromiso en la defensa de la familia. La construcción de un país más justo y solidario, enfocado hacia el bien común, comienza con el apoyo decidido a la institución familiar, base del tejido social y de la educación en valores.
Finalmente, este próximo martes la Iglesia celebra la Jornada Mundial del Enfermo y a la Bienaventurada Virgen María de Lourdes. No nos olvidamos de todos los que padecéis o padecemos alguna enfermedad que nos hace más difícil el día a día. Ofrecemos este dolor al Corazón de Jesús, porque Él hace milagros con nuestro sufrimiento. Encomendamos a todos los enfermos a los cuidados de Santa María de Lourdes.
¡Ánimo! y siempre tenemos que tener presente y recordar que mientras tú, nosotros estamos rezando, aunque no lo veas, no lo veamos con la distancia terrenal,….en la dimensión espacial del alma el Señor sigue estando ahí, al lado nuestro.