Están guapas las doctoras con sus batas blancas, los médicos y los cocineros, ellas y ellos. El blanco sienta bien. No es extraño que las novias elijan ese color para el día más importante de sus vidas, aunque esa importancia no siempre se mantenga a lo largo de los años. Y qué me dicen de las niñas, vestidas de princesas el día de su primera comunión. Los chicos que podían solían vestir un traje blanco, aunque el de marinero azul se fue imponiendo por aquello de la economía. Hay viejas fotos, amarillentas las pobres por el paso del tiempo, que recuerdan aquellas efemérides en el que el color blanco de nuestros vestidos nos hacía sentirnos más guapos, como decían nuestras madres.
¿Qué hago, se preguntarán ustedes, escribiendo sobre el vestido blanco de las novias, las batas blancas de los médicos, los cocineros y los trajes de las primeras comuniones de nuestros antepasados? Hace unas semanas se presenta en rueda de prensa, con foto incluida, Vestial 2025, celebrado estos días, en esa foto mencionada, aparecían, con la vestimenta clásica de los chef, antiguamente les llamábamos cocineros, que no es otra que una chaquetilla blanca. En la misma aparecía lo más granado de las encimeras, ollas y sartenes de nuestra provincia. Entre la pléyade de buenos cocineros, que me perdonen por no llamarles chef, pero me parece una ridiculez no usar una palabra tan hermosa y tan nuestra como: Cocinero o cocinera.
Cocinero, cocinero, enciende bien la candela y prepara con esmero, un arroz con habichuelas. No es el caso, hoy la cocina se ha desestructurado de tal manera, que ya no existe la candela, y un nuevo arroz con habichuela es posible que no lleve ni arroz, ni habichuelas. Tampoco estoy en la labor, ni capaz de hablar de cocina soy, me sacan del arroz de fin de semana, y no doy pie con bola. ¿A qué viene entonces el royo que les estoy soltando? Tienen razón. Voy a ver si soy capaz de ir al grano, no al del arroz, evidentemente.
De la foto, que era de lo que quería escribir y compartir con ustedes, me llamó la atención la presencia de dos políticos. Estaban guapos con sus chaquetillas blancas de cocinicas. Si es que el blanco le sienta bien a cualquiera, pero en este caso hay que reconocer que María del Mar, nuestra alcaldesa, es una mujer guapa, y claro, el blanco resaltaba su belleza y el negro de su melena. Algo parecido podemos decir de Ramón, su antecesor en la alcaldía, hoy de verde lechuga en el gobierno de Moreno Bonilla. Es un hombre atractivo, dicen las féminas, aunque algo serio, se ríe poco y cierta tristeza tiene casi siempre en su expresión. Pero el blanco le sentaba bien. Se les veía guapos a los dos políticos. No deben ser mejores cocinicas que los compañeros de foto, que son unos maestros en lo suyo; lo que habría que saber es si ellos son en política tan buenos maestros como los reconocidos cocineros en sus fogones.