Opinión

El apagón y una cena a la luz de las velas

(Foto: DALL·E ai art).
Aixa Almagro | Miércoles 30 de abril de 2025

¡Ay, Almería! Siempre la última en todo… hasta en recuperar la luz. Cuando el lunes a las 12:33 el mundo se apagó —literal—, yo estaba pensando en el partido del Almería contra el Racing de Ferrol. De repente, silencio. Pero silencio no en mi cabeza, en todo.

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El caos se extendió como la pólvora. Sin transporte, sin móvil, sin saber si era el apocalipsis o solo un mal día para Red Eléctrica. Mi amiga Laura, que trabaja en un supermercado, me contó que la gente había comenzado a llevarse garrafas de agua, papel higiénico y latas de todo lo enlatado, como si se acabase el mundo.

Con la nevera convertida en un sarcófago de comida a medio estropear, reuní a mis colegas en mi piso del Paseo. Menú del día: latas de atún caducadas (¡ejem!, "maduradas"), pan del sábado y vino de la boda de mi prima. Las velas —compradas en el chino de la esquina— nos dieron un aire romántico… hasta que el humo del incienso (para disimular el olor a pescado) nos hizo toser como fumadores empedernidos. Eso sí, reímos más que en cualquier Nochevieja.

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Sin internet, sin TV, sin saber si Feijóo y Sánchez se habían puesto de acuerdo en algo (spoiler: no), rescaté la radio a pilas de mi abuelo. Entre estáticas, captamos que Marruecos nos enviaba el 38% de su electricidad. "¿Y por qué no el 100%?", gritó mi vecino Paco desde el balcón. Ah, y lo de que el apagón pudo ser por plantas solares desconectadas… ¡Ironías del destino en la provincia del sol!

Mientras en Madrid ya tenían luz para tuitear memes, aquí seguíamos a oscuras, inventando juegos de sombras y preguntándonos si los semáforos volverían a ser rojos… o si el caos se quedaría para siempre. Eso sí, descubrimos que el Metro de Madrid ya funcionaba, pero nuestros trenes seguían parados . ¿Consuelo? El rescate de 16 personas en un telecabina de Sierra Nevada nos hizo sentir menos perdedores.

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22 horas y 45 minutos después, la electricidad regresó. Eso sí, con la típica puntualidad almeriense: tarde, pero con estilo. Ahora, mientras el Gobierno busca culpables y los de Junts piden no cerrar nucleares, yo me quedo con la lección: en Almería, hasta en la oscuridad, encontramos luz.

PD: Por si las moscas, ya tengo un kit de supervivencia con velas, latas y una radio. Y un generador… pero no sé dónde meterlo.


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