Luis Rogelio Rodríguez | Miércoles 23 de abril de 2014
La ciudad de Almería tiene casi 200.000 habitantes. No es una ciudad grande, ni pequeña. Es una ciudad de tamaño medio, con una densidad de población razonable en su espacio urbano. Las necesidades de toda esa población pasan, en buena medida, por el Ayuntamiento. La reciente celebración del Debate sobre el Estado de la Ciudad nos ha permitido, en este punto intermedio del tercer mandato consecutivo que afronta el PP, establecer una serie de reflexiones sobre lo vivido y proyecciones sobre lo que pretendemos seguir haciendo. En los últimos años, los almerienses hemos logrado mucho, pero es muchísimo lo que queda aún por hacer. Y en ese camino, el Ayuntamiento de Almería se ha confirmado como la principal –y acaso la única- palanca de transformación, mejora y consolidación del progreso de la sociedad almeriense. Como todos ustedes saben, ese cambio de percepción de los almerienses sobre su Ayuntamiento comenzó a confirmarse en 2003, cuando los votos de los ciudadanos depositaron libremente su confianza en el Partido Popular para reconducir una situación municipal de inoperancia e ineficacia derivada de un pacto de gobierno municipal entre PSOE e IU. Sería negar la evidencia no reconocer que el giro que ha experimentado nuestra capital ha sido muy considerable. No podemos olvidar que cuando llegamos al Ayuntamiento, Almería era una ciudad casi sin servicios, sin instalaciones deportivas, sin ordenanzas, sin inversiones… una ciudad paralizada y que estaba prácticamente en las últimas. Diez años después, el Ayuntamiento es el motor de Almería. Los tiempos del “todo vale” y el “qué más da” no sólo han pasado, sino que nunca más van a volver, al menos mientras el Partido Popular esté al frente del Ayuntamiento de Almería. Y esa ha sido la clave para que el Ayuntamiento de Almería haya podido atravesar sin excesivos problemas la crisis que ahora empieza a remitir. Las necesidades de Almería exigen también la ayuda de otras instituciones, porque las necesidades superan en muchas ocasiones el ámbito competencial y el alcance económico del Ayuntamiento.
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