Arturo Grima es un viejo político, tienen más tiros pegaos que la vieja escopeta de cartuchos de mi abuelo, que cuelga en una de las paredes de casa. El hombre declaraba horas antes de votarse la moción de censura que lo iba a aupar a la alcaldía de Turre, que no le gustaba llegar al cargo a través de esa moción de censura entre su partido, el Pp, y los dos candidatos de Izquierda Unida, hoy expulsados de la formación marxista.
Dos cuestiones: ¿No le gusta la moción de censura a la alcaldía, o lo que no le parece presentable son los dos votos que lo hacen, en contra de lo que a usted le gustaría, regidor de su pueblo?
Si es que no se callan, si es que no saben aguantarse ante un micrófono, una cámara. No es solo el caso de Arturo en Turre, que también, es que son muchos a los que a la hora de la verdad se les desboca la sin hueso y se meten en berenjenales de los que después les cuesta salir.
Arturo de mi alma, que tienes espolones como los viejos gallos en política, si no te gusta ser el alcalde de Turre por una moción de censura, lo lógico por tu parte era no haberla aceptado, no la debiste propiciar, no buscarla como has hecho durante estos meses. Y si lo haces, y estás en tu derecho, toda moción es legal, guárdate hombre de Dios, cierra la boca y no digas una cosa, mientras estás haciendo la contraria.
No te gusta ser alcalde de tu pueblo por una moción de censura, pero has recibido la vara de mando gracias a los votos dados en un pleno en el que se ha discutido y aprobado esa moción, que, según tú, no te gusta. ¿Por qué la aceptas? Si no te gusta, lo más fácil era haber dicho que nones, y no caes en la contradicción en la que te encuentras. No, pero sí. Vaya con el señor Grima. Nos está diciendo por un lado que no le gusta la moción, pero es de imaginar que si le agrada el sillón de la alcaldía. Y con tal conseguir sentarse en ese cómodo y poderoso asiento, es capaz el señor Grima de tener que vivir con el dolor (muy fuerte debe ser cuando lo hace público que no hay calmante que lo palie), de lograr ser alcalde de su pueblo gracias a una moción de censura y con los votos de dos comunistas. Hasta ayer. Hoy lo pueden seguir siendo, pero por libre y sin carnet del partido.
La política está llena de sepulcros blanqueados. “El haz lo que yo diga, no lo que yo hago” se lleva demasiado en estos tiempos, tristemente para el reconocimiento de los propios políticos, que unas veces por no saber estar callados, otras por las medias verdades con las que nos quieren convencer, la mayoría porque salen a engañarnos, se han ganado el rechazo de la gran parte de los ciudadanos.
Oyes a Grima, y dices, si parecen algunas de las muchas declaraciones con las que nos deleita el señor presidente del gobierno. Tampoco le gustan los votos de Bildu, o de los delincuentes catalanes, pero ahí los tiene, y gracias a ellos, presidente es.
No se salvan, solo piensan en sus intereses, y creen que somos tontos y nos quieren convencer los unos y los otros.
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