Los emergentes entran con fuerza pero por debajo de sus expectativas y las fórmulas para lograr una investidura con mayoría absoluta o relativa son prácticamente imposibles
La primera conclusión que puede extraerse del resultado arrojado por las urnas este viernes es que España se ha convertido en un país ingobernable, ya que el paso previo a gobernar es formar gobierno, y se antoja prácticamente imposible que alguien logre una mayoría suficiente para lograrlo.
Por una parte, el examen al que se enfrentaba el bipartidismo se ha saldado con un suspenso, ya que el PP logra 12 escaños, tras perder unos 3,5 millones de votos y 23 escaños en cuatro años, en tanto que el PSOE baja su mínimo histórico de 110 a 90, y se deja por el camino millón y medio de papeletas.
Por otro lado, los llamados partidos emergentes, Ciudadanos y Podemos, aunque entran con fuerza considerable, no logran ni remotamente la posición a la que ellos aspiraban, y que las encuestas les han llegado a ir dando en el último año. En el caso de Albert Rivera, se tiene que consolar con ser la cuarta fuerza, ya que sus tres millones y medio de votos le dan para 40 escaños, mientras que los de Pablo Iglesias alcanzan los 69 sumando todas sus marcas electorales. UPyD desparece y Unidad Popular pasa de 11 a sólo dos.
De esta forma, es imposible Mariano Rajoy logre mayoría absoluta para ser investido presidente en una primera vuelta. En una segunda ronda, cuando ya sólo fuera necesario lograr más síes que noes, al PP no le bastaría con la abstención de Ciudadanos ya que si el resto de la oposición dice no, tampoco lograría su objetivo.
Otra posibilidad para la investidura sería que el candidato a presidente fuera Pedro Sánchez, pero para ello necesitaría el voto favorable de todos los grupos para poder lograrlo si el PP y Ciudadanos le rechazaran.
Una última posibilidad sería que Sánchez consiguiera el respaldo de Ciudadanos y de Podemos, garantizándose unos 200 síes. Eso siempre que Pablo Iglesias estuviera dispuesto a ceder ante Sánchez, ya que si bien en escaños los socialistas triplican a Podemos, en votos, sólo les separan unos 300.000, lo que abre una crisis por el liderazgo de la izquierda.
En cuanto a los nacionalistas, el PNV mejora y sube de cinco a seis escaños aunque pierde votos, mientras que los siete de Amaiur se quedan en dos para Buildu, y en Cataluña, ERC triplica escaños y pasa de tres a nueve y se pone por delante de Democracia y Libertad que es la nueva marca de Covergencia, que está en ocho.