Visiblemente afectado, Sergio Fernández, padre del niño muerto presuntamente a manos de su madre en el domicilio de Huércal de Almería, ha denunciado en una rueda de prensa realizada en Alcolea, la cadena de errores y despropósitos administrativos que costaron la via a su hijo de siete años, cuya guarda y custodia había sido adjudicada a ella durante la separación, tras haberle denunciado por malos tratos, de lo que fue absuelto.
Ha comparecido junto a su abogada, Josefa Antonia Castillo, para anunciar medidas legales por todo lo ocurrido, al tiempo que ha asegurado que no le consta que la madre, en prisión preventiva por este crimen, tenga ninguna enfermedad mental.
Sergio ha recordado que puso una veintena de denuncias ante la Guardia Civil ante la situación de abadono y maltrato que sufría su hijo. La abogada ha llamado la atención sobre el hecho de que si hay una denuncia, la Guardia Civil está en la "obligación" de citar al denunciado para que preste declaración, lo que al parecer no sucedió nunca.
En abril de 2017 se separó de su mujer, y fue absuelto de la denuncia de malos tratos que ella le había presentado, y el 7 de octubre el Juzgado de Violencia sobre la Mujer le concedió a él la guardia y custodia quitándosela a la madre, pero la notificación no le llegó a tiempo, ya que el día 10, presuntamente ello estranguló.
Castillo ha señalado que él había llamado "en numerosas ocasiones" a Servicios Sociales "que deben ser los primeros en actuar, y no actuaron con la celeridad que debieron hacerlo", y en ese sentido ha indicado que el día que murió el niño acudió a los servicios sociales de la Diputación para ver si tenían un informe que encargó en junio. Ha dicho que "el día 10 tenía cita con la directora de Asuntos Sociales, y directamente me pasaron con la trabajadora social, que se dedicó a darme capotazos".
También se ha revelado que la abuela tiene en su teléfono los últimos mensajes de Sergio, en los que pedía estar con su padre porque su madre le maltrataba.