El próximo 5 de noviembre, Estados Unidos se enfrenta a un momento decisivo en su historia política con la elección de un nuevo presidente. La contienda se centra entre la actual vicepresidenta demócrata, Kamala Harris, y el expresidente republicano, Donald Trump. Con aproximadamente 240 millones de ciudadanos estadounidenses habilitados para votar, el resultado podría depender de unos pocos estados clave y del creciente poder del voto latino. El sistema electoral estadounidense es único y complejo. En lugar de que los ciudadanos voten directamente por su candidato preferido, eligen a delegados que forman parte del Colegio Electoral. Este organismo está compuesto por 538 delegados, y cada estado tiene asignado un número específico de ellos en función de su población. Para ganar la presidencia, un candidato debe obtener al menos 270 votos electorales. En esta ocasión, las proyecciones indican que Kamala Harris tiene asegurados alrededor de 226 votos electorales, mientras que Donald Trump cuenta con 219. Estos números son el resultado de tendencias históricas en ciertos estados y encuestas recientes. Por ejemplo: California: bastión demócrata desde 1992. Texas: ha apoyado a los republicanos desde 1980. No obstante, la atención se centra ahora en siete estados considerados "péndulo", donde la competencia es feroz y los resultados son inciertos: Nevada Arizona Wisconsin Míchigan Pensilvania Carolina del Norte Georgia Estos estados se agrupan en dos regiones geográficas principales: el Cinturón del Óxido y el Cinturón del Sol. El primero incluye a Pensilvania, Míchigan y Wisconsin; mientras que el segundo abarca Georgia, Arizona y Nevada. Cinturón del Óxido Pensilvania se destaca como uno de los premios más codiciados en estas elecciones debido a sus 19 votos electorales. Desde 1948, ningún candidato demócrata ha logrado llegar a la Casa Blanca sin llevarse este estado. Míchigan aporta otros 15 delegados y Wisconsin suma 10 más. En estos tres estados, la economía será un factor determinante para movilizar a los votantes. En las elecciones anteriores de 2016, Trump ganó gracias al apoyo masivo de trabajadores blancos de clase baja; sin embargo, Biden logró recuperar estos estados en 2020 con su enfoque en temas económicos. Demográficamente hablando, estos estados presentan una mezcla interesante: una población rural conservadora afectada por el declive industrial y grandes ciudades como Filadelfia y Milwaukee donde los demócratas tienen más apoyo. Además, hay un creciente porcentaje de votantes latinos en Pensilvania —especialmente dominicanos y puertorriqueños— así como una significativa población árabe-estadounidense en Míchigan que podría influir en los resultados debido al descontento por la política exterior estadounidense. Cinturón del Sol Al trasladarnos al Cinturón del Sol encontramos otros tres estados críticos: Georgia (16 votos), Arizona (11) y Nevada (6). Aunque Nevada puede parecer menos significativo numéricamente, su impacto puede ser crucial en una carrera tan reñida. Georgia y Arizona han cambiado notablemente desde las últimas elecciones; ambos fueron considerados tradicionalmente republicanos pero ahora son vistos como estados péndulo tras el sorprendente triunfo de Biden en 2020. Georgia tiene una población afroamericana considerable —casi un tercio— que fue fundamental para la victoria del actual presidente hace cuatro años y parece estar alineada con Kamala Harris esta vez. Por otro lado, Arizona ha visto un aumento significativo en su población latina desde 1990; actualmente representan un tercio de sus habitantes. Dado que es un estado fronterizo con México, las cuestiones migratorias jugarán un papel importante aquí. Nevada también tiene una gran comunidad latina —un 28%— concentrada principalmente en Las Vegas. Aquí también preocupa mucho la economía local debido a altas tasas de desempleo. Finalmente está Carolina del Norte con sus 16 delegados electorales. Históricamente republicana desde que Obama ganó allí en 2008, este estado ha mostrado encuestas muy reñidas entre ambos candidatos. Con un 21% de votantes afroamericanos inclinándose hacia los demócratas frente a una amplia población rural más republicana, Carolina del Norte podría convertirse en una pieza clave para determinar quién ocupará finalmente la Casa Blanca. A medida que se acerca el día electoral del 5 de noviembre, todos los ojos estarán puestos en estos siete estados péndulo que podrían decidir el futuro político del país. La participación activa de los votantes latinos será crucial para ambos candidatos mientras luchan por asegurar esos valiosos votos electorales necesarios para alcanzar la presidencia.