Jóvenes cordobeses plantan pinsapos

Un grupo de estudiantes del IES Aljanadic de Posadas, Córdoba, ha llevado a cabo una significativa labor en la conservación del pinsapo (Abies pinsapo Boiss) al participar en la plantación de más de 200 ejemplares en la Sierra de Líjar, situada en Algodonales, Cádiz. Esta actividad se enmarca dentro de un programa formativo impulsado por la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, que busca recuperar esta especie emblemática y endémica de las sierras andaluzas.

El pinsapo es una conífera que puede alcanzar hasta 30 metros de altura y se caracteriza por su copa piramidal y hojas dispuestas helicoidalmente. Actualmente catalogada como ‘en peligro de extinción’, esta especie está protegida por la legislación tanto española como andaluza. Su hábitat natural se limita a las sierras de Cádiz y Málaga, incluyendo áreas como la Sierra del Pinar en Grazalema y la Sierra de las Nieves.

Una experiencia formativa

Durante el evento, los alumnos no solo participaron activamente en la plantación, sino que también recibieron formación sobre las técnicas de gestión forestal implementadas por la Junta para asegurar la conservación del pinsapo. David, uno de los estudiantes presentes, fue el primero en plantar un ejemplar al que decidió llamar «Aljanadic», esperando que prospere en su nuevo entorno.

La elección de la Sierra de Líjar para esta actividad no fue aleatoria. Aunque el pinsapo suele crecer a altitudes superiores a los 1.000 metros, estudios recientes han indicado que puede adaptarse a condiciones óptimas incluso a menores altitudes. Esto abre nuevas posibilidades para su reforestación en otras provincias andaluzas, como Almería y Sevilla, donde se están considerando nuevas localizaciones adecuadas.

Un proyecto a largo plazo

La recuperación del pinsapo es un proyecto ambicioso que sigue el concepto del “pensamiento catedral”, propuesto por el filósofo Roman Krznaric. Este enfoque aboga por planificar iniciativas con un horizonte temporal amplio, asegurando decisiones que beneficien a futuras generaciones y promuevan la sostenibilidad ecológica.

A lo largo de sus primeros años, el pinsapo desarrolla un sistema radicular profundo, extendiendo sus raíces considerablemente. A partir de los 20 años, su crecimiento vertical se acelera notablemente. Los ejemplares plantados por los alumnos son jóvenes, cultivados previamente bajo condiciones controladas para maximizar su supervivencia en el nuevo entorno.

Aumento significativo en la población

Los esfuerzos continuos en reforestación han mostrado resultados positivos: gracias al trabajo conjunto entre Agentes de Medio Ambiente y ganaderos locales, la población de pinsapos ha crecido notablemente en los últimos cinco años, pasando de 400 a 4.000 ejemplares. Este aumento no solo contribuye a la conservación del pinsapo sino que también fortalece los ecosistemas locales.

Gabriel Gutiérrez Tejada, asesor técnico de la Dirección General, destacó: “La participación de los estudiantes del IES Aljanadic es un claro ejemplo del impacto positivo que puede tener la educación ambiental”. Además subrayó cómo estas iniciativas ayudan a crear conciencia sobre la importancia del patrimonio natural entre las nuevas generaciones.

Compromiso con el futuro

Gutiérrez concluyó enfatizando que “la recuperación del pinsapo es más que una simple acción; representa un compromiso hacia nuestro legado natural”. La colaboración entre instituciones educativas y autoridades ambientales resulta fundamental para asegurar un futuro sostenible donde especies como el pinsapo puedan prosperar nuevamente.

En este sentido, experiencias como las vividas por los alumnos del IES Aljanadic no solo enriquecen su formación académica sino que también les convierten en embajadores activos en pro de la conservación ambiental. Así se demuestra que es posible equilibrar desarrollo humano con preservación ecológica para garantizar un futuro saludable para nuestros bosques.

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