La política española sigue siendo un escenario de tensiones y controversias, especialmente en lo que respecta a la memoria histórica del terrorismo. En este contexto, Consuelo Ordóñez, hermana de la víctima de ETA, Gregorio Ordóñez, ha expresado su profunda preocupación por la presencia de antiguos líderes políticos de la organización terrorista en las instituciones actuales.
Durante una reciente declaración, Ordóñez lamentó que “los jefes políticos de ETA están hoy en las instituciones, sin condenar un solo atentado”. Esta afirmación pone de relieve el sentimiento de impunidad que perciben muchas víctimas del terrorismo, quienes consideran que los responsables no han asumido su culpa ni han mostrado arrepentimiento por sus acciones.
Un llamado a la reflexión
La activista ha instado a la sociedad a reflexionar sobre el impacto que esta situación tiene en las víctimas y sus familias. Según Ordóñez, es fundamental que se reconozca el sufrimiento causado por el terrorismo y se exija responsabilidad a quienes ocuparon cargos relevantes en organizaciones que apoyaron o justificaron estos actos violentos.
Ordóñez también ha hecho hincapié en la importancia de educar a las nuevas generaciones sobre la historia reciente de España, para evitar que se repitan errores del pasado. La falta de condenas claras por parte de figuras políticas puede contribuir a una percepción distorsionada de lo ocurrido durante los años más oscuros del país.
Un futuro incierto
A medida que avanza el tiempo, el desafío de reconciliar la memoria histórica con la política actual se vuelve cada vez más complejo. La presencia de exmiembros de ETA en las instituciones plantea interrogantes sobre cómo se construye la democracia y qué valores se priorizan en el debate público.
En este sentido, Consuelo Ordóñez continúa siendo una voz activa y comprometida en la lucha por los derechos de las víctimas del terrorismo. Su mensaje resuena con fuerza entre aquellos que demandan justicia y reconocimiento por el dolor sufrido durante décadas.
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