Almería 2005

Esta semana, exactamente el día 28 de abril, ha hecho 15 años de que Almería consiguiera para sí misma, pero también para Andalucía y España, ser elegida, en la ciudad de Túnez, para que en el año 2005 celebrásemos los Juegos del Mediterráneo en su XV edición en nuestra ciudad, 50 años después de que otra ciudad española, Barcelona, celebrase la segunda edición.
Sorprendentemente, en una ciudad pequeña como la nuestra, tan poco habituada a las grandes consecuciones, tras el tiempo transcurrido, pareciera que nunca se hubieran celebrado los Juegos, y pasa un año y otro y otro y todos, sin que ni individual ni institucionalmente, nadie recuerde de alguna manera tan importante efeméride.
Creo que aún pasado el tiempo, con la perspectiva que ello da, no se ha valorado suficientemente el logro alcanzado en su día, la brillantez con que se desarrollaron las actividades, tanto deportivas como complementarias, especialmente las ceremonias de inauguración y clausura, con la presencia en la primera de los Reyes de España y del Presidente del Comité Olímpico Internacional., ceremonias que asombraron a propios y extraños y que produjo legítimo orgullo a los almerienses, que todavía a punto de celebrarse, no las tenían todas consigo de que todo pudiera salir tan bien.
Desde el año 2005 se han celebrado otras dos ediciones: en 2009 en Italia y en 2013 en Turquía, pudiendo afirmarse con absoluta rotundidad, para satisfacción y orgullo de todos, que hasta ahora ALMERÍA 2005 han sido los más brillantes Juegos de la historia. Veremos que sucede en la próxima edición de 2017 a celebrar en Tarragona.
Independientemente de los valores tangibles que los Juegos aportaron, en forma de magníficas instalaciones deportivas en la ciudad y la provincia, el boon económico que supusieron los años previos y el ejemplo de colaboración que se dió entre todas las Administraciones Públicas, que, por cierto, no ha vuelto a repetirse en todos los demás temas que nos agobian, sería motivo más que suficiente para que de vez en cuando, Almería hiciese algún gesto para recordar tal momento, por ejemplo celebrando en nuestro magnifico Estadio de los Juegos , un Memorial de Atletismo anual, denominado ALMERIA 2005, antes de que los futboleros hagan desaparecer las magníficas pistas en dónde tantos récord se alcanzaron durante los Juegos.
En la Universidad quedó también un hermoso legado, en forma de Museo, como testimonio del largo trecho recorrido, desde la gestión inicial hasta su culminación, museo que debía ser gestionado por una Fundación pero que de ella poco se supo y se sabe. De este tema, también habrá que escribir algún otro día.