Nunca subestime a las enfermeras
martes 03 de noviembre de 2020, 18:34h
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Las prioridades de Fernando Simón, director del CAES, no parecen tener nada que ver con las que exigiría su cargo, pero es la broma facilona y bochornosa en una charla con dos alpinistas, retrasmitida por Youtube, y para la que abrevió su comparecencia semanal ante los medios de comunicación en la que comenta la situación de la pandemia en el Estado español, es lo que más próximo le ha puesto a una destitución, que no llegará.
La cifra de enfermeras fallecidas después de ocho meses de pandemia es equiparable a la de la I Guerra Mundial. Así lo pone de manifiesto el último análisis del Consejo Internacional de Enfermeras (CIE), que muestra que el número de enfermeras fallecidas por COVID-19 asciende a 1.500. La cifra, que incluye a enfermeras de solo 44 de los 195 países del mundo, siendo una estimación a la baja del número real de muertes.
Basta con este dato para valorar el trabajo de este personal sanitario tradicionalmente femenino, y también por eso, tradicionalmente minusvalorado desde el punto de vista social y profesional. A eso han contribuido tanto películas moralistas que las reducían a poco más que maternales cuidadoras de enfermos a los que el médico, siempre hombre, curaba, como las que las colocaban de objeto sexual de esos propios médicos, siempre hombres, o de los pacientes masculinos.
Al final, frivolizar sobre las enfermeras le está pasando más factura que la lista de enfermeras muertas por culpa de su negligente actuación al frente de esta guerra contra el COVID19.
El comentario de Simón, fue desafortunado, pero desde luego, menos que afirmar que solo habría un par de casos de COVID19 en España, y que relajó los sistemas de alerta, y menos que afirmar que la manifestación del 8M no sería trascendente a efectos de contagio y como prueba de su error está que toda la primera fila de las convocantes acabó con la enfermedad, e infinitamente menos grave que negar la utilidad de la mascarilla como arma defensiva, y muchísimo menos que sus cambios en el modo de contar enfermos y fallecidos, y muchísimo menos que asegurar que no habría segunda ola, y que en caso de ocurrir, sería menos grave que la primera.
Simón, es que está otras cosas. Por ejemplo, en la primera ola tenía rueda de prensa diaria, mientras que ahora, con el triple de contagios, solo comparece ante los medios una vez a la semana, y si es festivo, ni eso.
Simón prioriza charlar por Youtube con dos amigos de cosas intrascendentes, a informar sobre la evolución de la pandemia, pero llueve sobre mojado, porque en pleno ascenso de los contagios, se quitó de en medio para participar en un programa de televisión, y también en momentos críticos, se ha ido de vacaciones donde a los demás nos decía que no debíamos ir.
Pero si está donde está, es porque un gobierno le ha puesto ahí, aunque la ministra portavoz, María Jesús Montero, se apure a decir que ha hablado como persona… que es lo más divertido desde que su compañera Calvo diferencio entre el Pedro Sánchez presidente y el Pedro Sánchez de antes de ser presidente.
Y a todo esto, la otra ministra, la de la cosa de la Igualdad, Irene Montero, dos días sin decir una palabra ni en Twitter, sobre lo de Simón… pues que se anden con ojo y no subestimen a las enfermeras.
Editor de Noticias de Almería
Periodista.
Autor de "No les va a gustar", "Palomares en los papeles secretos EEUU", "Bandera de la infamia", "Más allá del cementerio azul", "Covid19: Diario del confinamiento" y "Por Andalucía Libre: La postverdad construida sobre la lucha por la autonomía andaluza".
Y también de las novelas "Todo por la patria", "Una bala en el faro" y "El río que mueve Andorra"
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directornoticiasdealmeriacom/8/8/26
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