Parque Natural Cabo de Gata: 16 millones de años que cumplen 34 años

El 29 de septiembre se cumplen 34 años de la declaración del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar, el primer espacio marítimo-terrestre protegido de Andalucía y uno de los más singulares y bellos de España. Con motivo de esta efeméride, repasamos la historia, los valores y los retos de este enclave único en el Mediterráneo, un reclamo turístico de la provincia de Almería, pero sometido a no pocas presiones.

Si hace poco se homenajeaba a Hermelindo Castro, quien fuera coordinador la Comisión científica del Parque Natural de Doñana, presidente de Europarc España y presidente varios años la Junta Rectora del Parque Natural Cabo de Gata-Níjar, y en la memoria de muchos también está doña Pakita, distinguida por la Junta de Andalucía por su defensa de los valores naturales de ese entorno privilegiado, no han sido pocas las personas y entidades que han reconocido la importancia de esta joya de la corona cuyos diamante quieren arrebatar algunos.

Coincidiendo con la fecha vamos a darnos un paseo por lo que ha sido y es Cabo de Gata, animando a que el próximo año se conmemore de modo oficial el 35 aniversario.

ORIGEN VOLCÁNCIO

El Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar se extiende por 49.512 hectáreas, de las cuales 12.012 son marinas, en el extremo suroriental de la provincia de Almería, y comprende varios municipios, como al capital, Níjar, Carboneras o Garrucha. Su origen se remonta a hace unos 16 millones de años, cuando una serie de erupciones volcánicas dieron lugar a una cordillera submarina que emergió parcialmente sobre el nivel del mar, formando la sierra de Cabo de Gata.

La erosión sobre las rocas volcánicas ha ido modelando el paisaje a lo largo del tiempo, creando formas caprichosas como arrecifes, calderas, domos o chimeneas. El resultado es un escenario de contrastes entre el medio marino, el litoral y el terrestre, donde se pueden encontrar acantilados, playas, dunas, salinas, humedales, ramblas y estepas.

BIODIVERSIDAD EXCEPCIONAL

La riqueza natural del Parque no se limita a su geología, sino que también abarca su flora y su fauna. El clima árido y cálido, con escasas precipitaciones y fuertes vientos, ha favorecido la adaptación de especies vegetales resistentes a la sequía y la salinidad, como palmitos, espartos, tomillos o azucenas marinas. Entre ellas destacan algunas endémicas o muy raras, como el clavel rastrero, la siempreviva rosada o la jarilla cabeza de gato.

En cuanto a la fauna, el Parque alberga una gran diversidad de invertebrados terrestres y marinos, entre los que se cuentan más de una veintena de especies endémicas. Entre los vertebrados, sobresalen las aves, con más de 170 especies registradas, muchas de ellas migratorias o amenazadas, como el flamenco rosa, la garcilla cangrejera o la gaviota de Audouin. El medio marino también acoge una rica variedad de peces, crustáceos, moluscos y algas, entre las que destaca la posidonia oceánica, una planta fundamental para el equilibrio ecológico y la calidad del agua.

UNA HISTORIA MILENARIA

El Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar no solo es un espacio natural, sino también cultural. Su situación estratégica en el Mediterráneo ha atraído desde la antigüedad a diferentes pueblos y civilizaciones que han dejado su huella en el territorio. Fenicios, griegos, romanos, árabes y cristianos han aprovechado los recursos naturales del Parque para fines económicos o militares.

Así lo atestiguan los restos arqueológicos encontrados en la zona, como las factorías romanas de salazones y garum en San Miguel de Cabo de Gata o las minas medievales de oro y plata en Rodalquilar. También son testimonio del pasado histórico las torres vigías y los castillos defensivos construidos entre los siglos XVI y XVIII para protegerse de los ataques piratas. Algunos de estos edificios se han reconvertido en faros, museos o alojamientos turísticos.

UN FUTURO SOSTENIBLE

El Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar fue declarado como tal el 29 de septiembre de 1989 por la Junta de Andalucía con el fin de conservar sus ecosistemas naturales y valores paisajísticos. Desde entonces, ha recibido otras figuras de protección, como Reserva de la Biosfera, Geoparque, Zona de Especial Protección para las Aves o Lugar de Interés Comunitario.

Sin embargo, el Parque también se enfrenta a numerosas amenazas que ponen en riesgo su conservación, como la presión urbanística, el turismo masivo, la sobreexplotación de los recursos hídricos, la contaminación, las especies invasoras o el cambio climático. Por ello, es necesario conciliar el desarrollo socioeconómico de la zona con el respeto al medio ambiente y la participación ciudadana.

El Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar es un patrimonio natural y cultural que debemos cuidar y disfrutar. Su aniversario es una buena ocasión para recordar su importancia y comprometernos con su futuro.

PLAYAS

El Cabo de Gata es un parque natural que tiene muchas playas y calas de gran belleza y diversidad, cada cual, probablemente tiene la suya, pero para no ser partidistas hemos echado un vistazo a lo que sugieren algunas páginas web de viajes, y éste el resultado:

· Playa de los Muertos: una playa de arena fina y aguas cristalinas, ideal para hacer snorkel. Se accede por un sendero desde el parking. Su nombre se debe a que antiguamente llegaban cadáveres de náufragos a su orilla.

· Playa de los Genoveses: una playa de gran belleza natural y paisajística, que ocupa toda una bahía. Tiene dunas de arena fina y aguas turquesas. Se llega en coche, bus, bici o a pie desde San José. Fue escenario de la película Lawrence de Arabia.

· Mónsul: una playa de arena dorada y formaciones rocosas espectaculares, como el Peinero, una roca que parece un sombrero. Es una de las más cinematográficas del Cabo de Gata, ya que se han rodado varias películas y anuncios en ella. Se accede por una carretera de tierra desde San José.

· Cala de Enmedio: una cala de arena blanca y dunas con vistas al mar. Está rodeada de acantilados con cuevas y arcos naturales. Es una de las más recónditas y tranquilas del Cabo de Gata. Se accede a pie desde Agua Amarga o desde la Cala del Plomo.

Estas son solo algunas de las playas más bonitas del Cabo de Gata, pero hay muchas más que puedes descubrir y disfrutar.

POLÉMICAS

El Parque Natural es un espacio protegido de gran valor ecológico y paisajístico, pero también es objeto de constantes amenazas por parte de intereses turísticos e industriales que dicen defenderlo, pero que en realidad lo ponen en peligro.

Entre estos proyectos se encuentran uno de un parque eólico marino que se proyectó frente a la costa del Parque, y que generó el rechazo de vecinos, ecologistas y políticos, que argumentaron que afectaría negativamente al paisaje, a las aves y al medio marino. Las empresas promotoras defendieron que el parque apenas se vería desde la costa y que contribuiría a la generación de energía renovable, pero finalmente lo descartaron tras las críticas.

Otro proyecto es el de un hotel de cuatro estrellas con 30 habitaciones y piscina en el Cortijo Las Chiqueras, frente a la bahía de Los Genoveses, que recibió la viabilidad medioambiental de la Junta de Andalucía, pero que indignó a más de 40.000 personas que firmaron una petición en contra en la plataforma Change.org. Los opositores al hotel consideraron que supondría un impacto irreversible en una zona emblemática del Parque, pero el proyecto ha continuado ya que tenía todas las licencias correspondientes y en realidad lo que hacía era usar un cortijo existente y reconvertirlo.

También se han construido nuevos invernaderos y urbanizaciones en el entorno del Parque, que han alterado el paisaje y han consumido recursos hídricos escasos. Ecologistas en Acción denunció que el Parque está sometido a un urbanismo salvaje que vulnera las normas de protección y reclamó una moratoria urbanística y agrícola.

Se ha rehabilitado y ampliado cortijos con uso turístico en Rodalquilar, que ha suscitado las alegaciones de la asociación Amigos del Parque, que consideró que no son compatibles con el grado de protección medioambiental del suelo y que suponen una privatización del espacio público.

Y quizá lo más esperpéntico de todo, y que se ha convertido en símbolo del “ladrillazo” en espacios protegidos, ha sido el hotel del Algarrobico, una mole de 21 plantas y 411 habitaciones que se levantó ilegalmente en pleno Parque Natural, a solo 50 metros del mar.

El hotel, denunciado por Greenpeace nunca llegó a abrir sus puertas y se ha convertido en un símbolo de los años del urbanismo salvaje y de la destrucción del litoral. A pesar del amplio consenso social y judicial sobre su derribo, el hotel sigue en pie a la espera de una solución definitiva que a pesar de las sentencias judiciales en contra, no acaba de ser demolido aunque es ilegal desde 1994.