Dicen los aficionados a la ópera que ésta no se acaba hasta que canta la gorda, y eso mismo es lo que puede aplicarse a las mociones de censura, que hasta que no se vota, no se sabe cómo puede acabar, pero igual que en la ópera, es posible ir haciéndose una idea si prestamos atención al argumento.
Es por eso que la moción de censura que impulsa el PSOE en Roquetas de Mar es bastante incomprensible, porque ni tan siquiera se justifica con la estrategia de acorralar al alcalde, Gabriel Amat (PP) que más bien, podría acabar viéndose reforzado tras el previsible fracaso de la misma.
Como recordaba el portavoz municipal socialista, Manolo García, el Partido Popular tiene “solo” 11 concejales de un total de 25, y el PSOE tiene 6.
Echemos cuentas. El equipo de Gobierno de Roquetas lo forman los 11 ediles del PP, más dos que se fueron o los expulsaron de Vox, y con eso ya es suficiente para que la moción de censura no salga adelante, pero es que además, en ese mismo bloque suele sumar una concejal que abandonó el grupo municipal Ciudadanos por el que fue elegida.
Pero la pregunta no es sólo con quién cuenta Amat para mantenerse en la Alcaldía, sino con quién cuenta el PSOE para sacar adelante su moción. García tendría sumar el apoyo de la sopa de letras de Juan Pablo Yakubiuk, que ha sido el principal instigador de este movimiento político, pero aún así, es necesario que el concejal de Vox se sume, y los dos de Ciudadanos. Si lograra aunar a todo este bloque, tampoco sería suficiente y precisa que alguien del otro cambie de bando, y sería un poco extraño ver a los ex de Vox o Ciudadanos volver al redil, y mucho más extraño que alguien del PP pasara de un lado al otro.
Puestos a imaginar, y como a veces esas cosas pasan -que se lo pregunten a Pedro Sánchez- supongamos que la moción de censura triunfa, y el PSOE logra la Alcaldía. Seamos generosos y admitamos que el pacto entre del PSOE y la izquierda con la ultraderecha “se entiende” en Roquetas, pero sería un absolutamente incomprensible fuera del municipio y más allá… el PSOE se quedaría sin poder usar esas expresiones a las que se ha abonado en el Parlamento de Andalucía, lo de “trifachito”, lo de “las tres derechas”… todo eso tendría que ser desterrado del discurso socialista, porque cada vez que el parlamentario y secretario general del PSOE de Almería, José Luis Sánchez Teruel, lo soltara, el PP no tardaría ni medio segundo en recordarle su pacto en Roquetas, no solo con Vox, sino también con Ciudadanos, y además con tránsfugas… y comunistas… todo un revoltijo que recuerda mucho a su pacto con el PAL en la Diputación y el Ayuntamiento de El Ejido, con tal de que el PP se desgastara, y acabó teniendo reiteradas mayorías en ambos sitios mientras ellos se iban a menos.
En fin, para el PSOE hubiese sería mucho más eficaz plantear un pleno extraordinario, en él decirle al alcalde lo que estimaran conveniente, que el resto de grupos también lo hiciese sin tener que retratarse con un voto final, y así no correr el riesgo de que un más que previsible fracaso de la moción de censura sirva para que Amat deje en evidencia que sigue siendo indiscutible, y quedar vacunado.
Es, por tanto, una moción posiblemente fracasada en su ejecución, pero que si prospera, será también un fracaso no solo a nivel local a la hora de justificar los extraños pactos, es que fuera de Roquetas el PSOE lo tendría extremadamente difícil para hacer entender su relación con Vox, con Ciudadanos y con tránsfugas.