Una vez más se pone de manifiesto la vulnerabilidad de nuestro país en asuntos tan importantes como los sectores estratégicos de energía, agricultura, agua, inmigración, seguridad jurídica y Estado de derecho.
El actual gobierno es una perroflautosfera con los más lerdos y lerdas gobernantes, todos incapaces de ir más allá de sus apremiantes necesidades fisiológicas. Es imposible sondar hasta las profundidades donde han sumergido la dignidad, el prestigio y el honor de un país cada día más afanado en la confrontación que conduce a la fractura.
Ya no existe el Gobierno de España. Desde que Pedro Sánchez calificó como “fachosfera” a todo quisque que no comulgue con el perroflautismo intelectual del sanchismo, se señala a políticos, jueces, periodistas, empresarios, militares, religiosos y todos los que osen criticar al amado líder y a sus infectos secuaces de la extrema izquierda. Este comportamiento, inédito en gobernantes con un mínimo de aptitud democrática y decencia, induce a pensar en la radicalidad excluyente y el desprecio hacia un buen número de personas e instituciones que han quedado relegadas a la “fachosfera”; es decir, millones de personas que desprecia, califica y denuesta un presidente de gobierno que se convierte en amigo, protector y cómplice de terroristas nacionales e internacionales; así como de separatistas y orates al frente de ministerios que encabezan una manifestación del grupo terrorista Hamas o pretenden la descolonización de los museos.
Pero no nos distraigamos. Tenemos un enorme problema con Europa y los países integrantes de la Unión. Nos están destrozando mercancías y perdemos dinero y presencia en mercados que nos desprecian y ningunean. La perrofalutosfera no está en dar solución a estos problemas. Nos vapulean los camiones en Francia, pero lo importante es mantener el poder en la infame subasta que imponen los secesionistas y delincuentes que, si faltaba poco, se abre la espita judicial como posibles traidores en connivencia con el criminal Vladimiro Putin. Y si Pedro Sánchez busca, ansía y necesita el apoyo de estos posibles criminales de alta traición, es muy posible que, además de indeseables y lerdos, tengamos gobernantes conniventes o protagonistas de alta traición.