Confieso que en lo primero que pensé cuando escuche lo de “España multinivel” fue en que se trataba de una estafa financiera de tipo piramidal, pero luego, cuando presté atención, me convencí de que era eso.
De los creadores de la España de dos velocidades, y del federalismo asimétrico, llega ahora la España multinivel, que es una versión moderna, una 2.0 de lo mismo que el PSOE ha sostenido siempre, desde que el diputado de las Cortes Republicanas Manuel García, del PSOE, increpó a Blas Infante por haber gritado "viva Andalucía Libre" al final de su intervención en la asamblea de parlamentarios celebrada en Córdoba en 1.933 (le preguntó que a qué venía eso de “viva Andalucía libre”, a lo que Infante le respondió “¿no querrá que grite “viva Andalucía esclava?” y acto seguido el otro le advirtió que así no contaran con ellos para la autonomía), y también cuando echaron del partido a Hermenegildo Casas, presidente de la Diputación de Sevilla, por haber colaborado en la convocatoria de la asamblea pro-estatuto.
Es decir, que de casta la viene al galgo, y hablando de perros, habrá que recordar cómo Alfonso Guerra negociaba con nacionalistas vascos y catalanes una Constitución que les privilegiara a ellos, mientras él mismo negaba similares derechos a su tierra, Andalucía, de la que fue culiparlante hasta su jubilación. Fue el sevillano quien impidió que el PSOE-A se definiera como andalucista en sus estatutos, como reclamaba la delegación almeriense.
Ya digo, que la cosa no es nueva, que el PSOE siempre ha estado al mismo juego aunque le cambie el nombre cada vez.
Ahora el timo, ya digo, es una estafa piramidal en la que los socialistas, en ese afán tan suyo de retrotraernos al pasado de la Guerra Civil, del franquismo, pues también nos quieren llevar al periodo en que los andaluces tuvimos que conquistar el derecho a tener una autonomía de primer nivel, a ser reconocidos como nacionalidad histórica.
En aquellas fechas, miles de andaluces se echaron a las calles para reivindicar que no queríamos ser más que nadie, pero desde luego, menos tampoco… algunos tenían las ideas más claras que otros, claro, y sabían que detrás de aquello había una identidad secular ocultada de modo sistemático en los libros de historia, una lucha política interrumpida por la Guerra Civil. Pero para muchos era sencillamente un grito contra la España multinivel, contra la España en que nosotros poníamos los emigrantes de Cataluña, de Madrid o de Euskadi, y eran ellos los que veían las diferencias entre el nivel de aquellos territorios y el nuestro.
Atentos habrá que estar a la respuesta de los socialistas andaluces, comenzando por pedrista Juan Espadas, porque se me escapa que pueda ser partidario de que Andalucía esté en el nivel de abajo, y Cataluña en el nivel de arriba.
Ahora bien, la pregunta es si los andaluces seremos capaces de volver a dar la talla como en 1977, que no significa ir en contra de que otros estén arriba, si no que nosotros no nos quedemos abajo. Se trata de que los aproximadamente 60 diputados andaluces que hay en el Congreso defiendan los derechos de quienes les hemos puesto allí, y que lo hagan por encima de siglas.
Para que la estafa multinivel funcione, es fundamental creerse al estafador, y éste siempre es un personaje que busca impresionar, epatar, y para ello qué nada más eficaz que hablar como lo hacen fuera de Andalucía, porque nosotros, eso, que tenemos otro nivel.
Y para ponernos a nivel, considero conveniente recordar al inventor del castellano, el andaluz Antonio Nebrija, quien sostenía que «assi tenemos de escrivir como pronunciamos i pronunciar como escrivimos», y así transcribo este mismo artículo:
Êppaña murtinibêh
Confieço que en lo primero que pençé cuando êccuxe lo de “Êppaña murtinibel” fue en que çe trataba de una êttafa finançiera de tipo piramidâh, pero luego, cuando prêtté atençión, me combençí de que era eço.
De lô creadorê de la Êppaña de dôh beloçidadê, y der federalîmmo açimétrico, yega aora la Êppaña murtinibêh, que êh una berçión modênna, una 2.0 de lo mîmmo que er PÇOE a çôttenío çiempre, dêdde que er diputao de lâ Cortê Republicanâ Manuêh Garçía, der PÇOE, increpó a Blâ Infante por abêh gritao "biba Andaluçía Libre" ar finâh de çu interbençión en la açamblea de pâl-lamentariô çelebrá en Córdoba en 1.933 (le preguntó que a qué benía eço de “biba Andaluçía libre”, a lo que Infante le rêppondió “¿no querrá que grite “biba Andaluçía êcclaba?” y âtto çegío el otro le âbbirtió que açí no contaran con eyô pa la autonomía), y también cuando exaron der partío a Ermenehirdo Caçâ, preçidente de la Diputaçión de Çebiya, por abêh colaborao en la combocatoria de la açamblea pro-êttatuto.
Êh deçîh, que de câtta la biene ar gargo, y ablando de perrô, abrá que recordâh cómo Arfonço Gerra negoçiaba con naçionalîttâ bâccô y catalanê una Côttituçión que lê pribilehiara a eyô, mientrâ ér mîmmo negaba çimilarê derexô a çu tierra, Andaluçía, de la que fue culipâl-lante âtta çu hubilaçión. Fue er çebiyano quien impidió que er PÇOE-A çe definiera como andaluçîtta en çû êttatutô, como reclamaba la delegaçión armeriençe.
Ya digo, que la coça no êh nueba, que er PÇOE çiempre a êttao ar mîmmo huego aunque le cambie er nombre cá bêh.
Aora er timo, ya digo, êh una êttafa piramidâh en la que lô çoçialîttâ, en eçe afán tan çuyo de retrotraênnô ar paçao de la Gerra Çibîh, der franquîmmo, puê también nô quieren yebâh ar periodo en que lô andaluçê tubimô que conquîttâh er derexo a tenêh una autonomía de primêh nibêh, a çêh reconoçíô como naçionalidá îttórica.
En aqueyâ fexâ, milê de andaluçê çe exaron a lâ cayê pa reibindicâh que no queríamô çêh mâh que nadie, pero dêdde luego, menô tampoco… argunô tenían lâ ideâ mâh clarâ que otrô, claro, y çabían que detrâh de aqueyo abía una identidá çeculâh ocurtá de modo çîttemático en lô librô de îttoria, una luxa política interrumpida por la Gerra Çibîh. Pero pa muxô era çençiyamente un grito contra la Êppaña murtinibêh, contra la Êppaña en que noçotrô poníamô lô emigrantê de Cataluña, de Madrîh o de Eûkkadi, y eran eyô lô que beían lâ diferençiâ entre er nibêh de aqueyô territoriô y er nuêttro.
Atentô abrá que êttâh a la rêppuêtta de lô çoçialîttâ andaluçê, començando por pedrîtta Huan Êppâh, porque çe me êccapa que pueda çêh partidario de que Andaluçía êtté en er nibêh de abaho, y Cataluña en er nibêh de arriba.
Aora bien, la pregunta êh çi lô andaluçê çeremô capaçê de borbêh a dâh la taya como en 1977, que no çînnifica îh en contra de que otrô êttén arriba, çi no que noçotrô no nô quedemô abaho. Çe trata de que lô aprôççimadamente 60 diputáô andaluçê que ay en er Congreço defiendan lô derexô de quienê lê emô puêtto ayí, y que lo agan por ençima de çiglâ.
Pa que la êttafa murtinibêh funçione, êh fundamentâh creerçe al êttafadôh, y étte çiempre êh un perçonahe que bûcca impreçionâh, epatâh, y pa eyo qué ná mâh eficâh que ablâh como lo açen fuera de Andaluçía, porque noçotrô, eço, que tenemô otro nibêh.
Y pa ponênnô a nibêh, conçidero combeniente recordâh al imbentôh der câtteyano, el andalûh Antonio Nebriha, quien çôttenía que «âççi tenemô de êccribîh como pronunçiamô i pronunçiâh como êccribimô», y açí trâccribo êtte mîmmo artículo.