Si hay un partido que se ha ganado a pulso el descontento y la desconfianza de los ciudadanos en Roquetas de Mar, ese es el PSOE. Su gestión interna y externa ha sido un cúmulo de contradicciones, incoherencias y fracasos que han minado su credibilidad y su representatividad, como han demostrado las elecciones municipales del 28M, pero que no parecen importar lo más mínimo, visto lo visto en la lista del 23J.
Su presidente, Antonio Hernando, ha demostrado ser ratón y gato a un tiempo. Fue el portavoz del famoso "no es no" a Mariano Rajoy, defendiendo la postura de Pedro Sánchez contra la abstención. Sin embargo, cuando el Comité Federal del PSOE decidió facilitar la investidura del líder del PP, Hernando, en vez acompañar a Sánchez en la salida del Congreso, cambió de discurso y acató la decisión. Y luego desapareció. Más tarde, cuando Sánchez regresó al poder, Hernando volvió a su lado, en la sombra, siento integrado en su entorno más próximo en La Moncloa, y allí ha estado apoyando su convocatoria de elecciones anticipadas al 23 de julio, probablemente dándole palmaditas en la espalda. Ahora, y quizá por eso, por designación divina, se ha convertido en el cabeza de lista al Congreso por Almería, una provincia donde reside desde hace años, pero cuya presencia en la actividad política y social es bastante menos que reducida.
Pero no es el único caso de despropósito socialista en esta ciudad, donde la derecha lleva 24 años gobernando con Gabriel Amat al frente, que encara un mandato que le llevará hasta 2027 en el mismo cargo. El candidato del PSOE, Manolo García, ha sido incapaz de plantar cara al alcalde popular, perdiendo tres veces consecutivas las elecciones municipales. En la última cita electoral, la del 28M, el PSOE obtuvo los peores resultados de su historia en Roquetas de Mar, pasando de 6 a 5 concejales (lo que se ve agravado porque porque la Corporación creció de 21 a 27 ediles) y viendo cómo su porcentaje de votos se reducía del 21% al 15,8%. Lo más sorprendente es que Manolo García no haya presentado su dimisión ni asumido responsabilidades por este descalabro reiterado y consecutivo, y no creo que sean ganas de aferrarse al sillón ni mucho menos. Quizás sea porque nadie en Roquetas quiere ocupar su puesto, lo que evidencia la falta de proyecto y de liderazgo del PSOE en esta ciudad, y que se extiende a otros lugares como la propia capital, o El Ejido, que tienen situaciones similares.
El PSOE de Almería, tras reconocer que han sido castigados por los votantes en las municipales por el “ruido de la política nacional”, van y elevan a número de la lista del Congreso, a un socialista que se sienta a la mesa camilla de Pedro Sánchez, y que proviene de un municipio en el que van a sumar casi seis lustros en la oposición.