El farmacéutico ha estado activo en los sectores más críticos del sistema: hospitales, farmacias comunitarias, laboratorios de análisis clínicos, labores de rastreo, investigación, producción y distribución de medicamentos y vacunas, entre otros
El Colegio Oficial de Farmacéuticos Almería, coincidiendo con el primer año de pandemia, ha hecho balance de estos doce meses de emergencia sanitaria. Un periodo en el que la profesión farmacéutica ha sido proactiva y ha permanecido de guardia, junto al paciente y colaborando con el sistema sanitario y el resto de profesionales de la salud. Los farmacéuticos han estado en los puntos más críticos de la pandemia, realizando las pruebas del virus, colaborando en labores de rastreo, garantizando la producción, distribución y dispensación de medicamentos, investigando o educando a la población. Una labor desarrollada desde centros de salud, hospitales, laboratorios de análisis clínicos o las 330 farmacias de la provincia.
Así se refleja en el documento “La Farmacia Española frente al COVID-19. Un año de pandemia”, del Consejo General de Farmacéuticos que recoge las principales iniciativas puestas en marcha para promover la prevención de ciudadanos y profesionales, y garantizar siempre el acceso a los medicamentos. Una actitud constructiva que ha permanecido intacta durante todo este tiempo y se ha reflejado en la puesta en marcha de muchas de estas iniciativas, como el reparto de mascarillas entre los más vulnerables, las labores de detección y cribado o la atención farmacéutica domiciliaria.
Para Gema Martínez Soler, presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Almería, este año “ha sido un año de intenso trabajo y de demostración una vez más de que el farmacéutico es el profesional de la salud más cercano a la población. Sin la implicación y la profesionalidad del farmacéutico, es muy probable que no se hubiera podido contener el virus de la misma manera, por lo que la imagen del farmacéutico se ha reforzado en mayor medida tras la pandemia como la del profesional sanitario de primera línea más cercano y accesible a la población en la crisis sanitaria, lo que merece el reconocimiento por parte de las Administraciones del valor de la actividad asistencial que se hace desde las farmacias”.
En la etapa actual de la pandemia, el Colegio de Farmacéuticos de Almería ha ofrecido a las autoridades sanitarias la colaboración de las 330 farmacias como una red de inteligencia sanitaria en el cribado y detección precoz de la Covid-19. Del mismo modo, desde el comienzo de la campaña de vacunación, han llevado a cabo un conjunto de acciones de sensibilización y educación; así como de farmacovigiliancia y adherencia.
Prevención
Entre las principales labores desarrolladas desde los primeros días de pandemia por los farmacéuticos ha estado la educativa; formación e información dirigida a promover la prevención y salvar vidas. Para ello, los farmacéuticos almerienses han generado una ambiciosa y completa batería de documentación para profesionales y pacientes. Este arsenal de herramientas ha contribuido a frenar el avance de una pandemia en la que la farmacia ha sido el primer centro sanitario donde los ciudadanos han acudido a informarse.
El liderazgo digital de la farmacia se ha puesto de manifiesto con iniciativas como la modificación de la receta electrónica pública para renovar las prescripciones en pacientes crónicos o el que impulsó de la receta electrónica privada. Otra de las preocupaciones fue que el confinamiento o la cuarentena no dejase a ningún paciente sin su medicamento, y para ello los farmacéuticos generaron un protocolo excepcional de atención farmacéutica domiciliaria que ha permitido llevar los medicamentos a los más vulnerables.
A los efectos sanitarios de esta crisis, se suman sus efectos sociales, por ello la Organización Farmacéutica Colegial ha sido proactiva con iniciativas como Mascarilla-19, destinada a prestar ayuda a víctimas de violencia de género; o la colaboración con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de Estado en la detección de personas pertenecientes a colectivos vulnerables, especialmente mayores, y que han dejado de retirar su medicación habitual, señal de que pueden necesitar ayuda.
Toda esta labor ha sido motivo de hasta 14 reconocimientos, entre ellos el Premio Princesa de Asturias, por su papel durante la pandemia, confirmando su cercanía y accesibilidad a los ciudadanos, que reconocen su vocación de servicio y su compromiso social y sanitario. Una realidad que también quedó demostrada en un estudio de GAD-3, que puso de manifiesto que el 91,3% de los ciudadanos valora positivamente la actuación de la farmacia en la crisis, y que el 98% confía en la información que le proporciona su farmacéutico.