La presidenta de Navarra, María Chivite, seguirá al frente del Gobierno foral tras el acuerdo alcanzado entre el PSN, Geroa Bai, Podemos e Izquierda-Ezkerra, que suman 23 de los 50 escaños del Parlamento navarro. El pacto, que se ha cerrado este sábado tras semanas de negociaciones, incluye también el apoyo de EH Bildu, que con sus siete diputados garantiza la mayoría absoluta a Chivite.
El PSOE ha optado por volver a entenderse con Bildu, el partido heredero de la izquierda abertzale y que ha sido duramente criticado por su pasado vinculado a ETA y su falta de condena explícita al terrorismo. El pacto con Bildu supone un giro radical en la política del PSOE, que mantuvo durante todo la campaña electoral que ellos no habían pactado con Bildu, que casi se habían encontrado sus votos casualmente en diversas negociaciones.
El pacto con Bildu también contrasta con el papel que ha ejercido Vox con el PP durante la campaña electoral, donde su intransigencia en los gobiernos autonómicos y municipales ha provocado la actual situación política derivada de las elecciones generales del 23-J. Vox ha exigido al PP entrar en gobiernos incluso cuando su presentatividad era mínima, y además imponer sus postulados más extremos, como en Aragón, Valencia o Castilla y León, y ha condicionado su apoyo a la investidura de Alberto Núñez Feijóo a la aplicación de medidas como la ilegalización de los partidos independentistas, la supresión de las autonomías o la expulsión de los inmigrantes ilegales. Al final se han avenido a apoyarle sin pedir entrar en el gobierno, pero ya es tarde.
Así, mientras que el PP y Vox se han enrocado en una posición de confrontación entre ellos, y el PSOE y Bildu han vuelto a tender puentes y han facilitado la continuidad de Chivite al frente de Navarra. Un gesto que evidencia que, pasadas las elecciones, ambos partidos vuelven por donde solían.
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