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Que lea esto cada seis horas

Por Jose Fernández
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viernes 30 de octubre de 2020, 15:25h

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“¿Alguien tiene un tranquilizante para esta mujer?” Atención a la pregunta. Repito: “Alguien tiene un tranquilizante para esta mujer”. Esta cuestión, que ha salido a la luz pública en las últimas horas, no se realizaba en un hospital, una farmacia o una consulta. Y tampoco la hacía un profesional sanitario o un facultativo atendiendo a un paciente. La hacía -aquí es donde está el pase a la portada- el concejal del PSOE Almería, Eusebio Villanueva, en referencia a la también concejal, pero del PP, Margarita Cobos, que estaba teniendo en ese momento una intervención en el último Pleno telemático. Las palabras de la señora Cobos estaban incomodando al señor Villanueva y éste decidió que más que una respuesta oral, lo que merecía esa intervención era una respuesta química. Y por lo tanto, se interesó por la existencia de ansiolíticos con sus compañeros de partido, usando el chat privado que cada grupo usa durante este tipo de sesiones plenarias por webcam o como se diga. El problema es que el señor Villanueva se confundió de grupo de chat y en lugar de enviar la pregunta al grupo de concejales socialistas la envió al grupo general del resto de la Corporación, con lo que todo el mundo pudo ver lo que Don Eusebio pensaba de doña Margarita. Una indiscreción similar a la sucedida también durante un reciente Pleno telemático, en el que la concejal de Podemos, Carmen Mateos, también se confundió de chat y usó el canal público para llamar “capillitas sectarios” a los concejales del PP en lugar de usar el privado del grupo podemita.
Desde el punto de vista técnico el asunto carece de importancia. A todos nos ha pasado algo parecido o hemos sido inconvenientes sin pretenderlo, o hemos dicho algo inadecuado en un escenario poco propicio. Ahora bien, lo que es destacable no es tanto el error técnico, sino lo que significa el comentario del señor Villanueva. Eso de recetar displicentemente ansiolíticos a las mujeres cuando alzan la voz es algo profundamente machista. Machista de cojones, si me permiten la expresión. Lo más grande es que el señor Villanueva es de los que no dudan en firmar y compartir manifiestos y proclamas muy progres, muy socialistas y muy feministas, en los que además de arrogarse la invención de la defensa de los derechos y la igualdad de la mujer, ponen como un trapo a los que se salen de la pancarta. Pero luego, en la confianza del grupo, cuando piensas que solo te leen los colegas, el concejal socialista dice que a las mujeres que hablan alto y claro hay que darles una pastillita.
¿Se imaginan lo que habría pasado si el que recomienda empastillar a una concejal socialista hubiera sido un concejal del derechas? La brigada feminoide de guardia (que ahora hace como que no se ha enterado de esto) habría exigido ya la dimisión del rancio capaz de dejarse llevar por su machismo farmacéutico. Es la permanente doble vara de medir que juzga los hechos en función del quién y no del qué. Es evidente que este mismo desliz habría tenido un recorrido muy diferente si la idiotez la hubiera dicho otro. Recuérdenlo la próxima vez que desde el Grupo Municipal Socialista se hagan declaraciones, apelaciones o exigencias en nombre de la igualdad de las mujeres almerienses. Recuérdenselo a ellas y ellos en general y de manera muy particular a todos los patanes que van recetando machismo entre sus colegas y a los sectarios que callan cuando el majadero es uno del equipo. Y se lo recuerdan cada seis horas.

Jose Fernández

Periodista.Asesor de Prensa
en el Ayuntamiento de Almería.