Un devastador incendio ha consumido decenas de vehículos que se encontraban almacenados en un solar de la calle Séquia Rascanya en Catarroja, un municipio de la provincia de Valencia. El suceso, que inició en la tarde del lunes, ha generado una enorme columna de humo visible desde varios kilómetros de distancia, afectando significativamente a la comunidad local.
El fuego, que se declaró alrededor de las 19:30 horas, ha sido finalmente controlado y extinguido por los bomberos del Consorcio Provincial de Valencia y del Ayuntamiento de València. La intervención incluyó la movilización de la Unidad Militar de Emergencias (UME), la Guardia Civil y la Policía Local de Catarroja para trabajar en las labores de extinción. Según se ha informado, el incendio se propagó rápidamente debido a que los vehículos estaban apilados y muchos de ellos eran coches afectados por la DANA del pasado 29 de octubre, que aún no habían sido retirados.
Lorena Silvent, alcaldesa de Catarroja, ha lamentado la situación, denunciando la lentitud burocrática en la retirada de los vehículos afectados por la DANA. "Estamos preocupados y estamos hartos de denunciar, qué más tiene que pasar para que actúen", expresó Silvent, quien ha pedido un instrumento legal que agilice la limpieza de estos solares.
Las autoridades locales recomendaron a los vecinos de las zonas cercanas, especialmente en Villa Carmen y áreas adyacentes, que permanecieran en sus casas con puertas y ventanas cerradas para evitar los efectos de la humareda. No se han reportado heridos, pero sí un impacto considerable en la calidad del aire de la zona.
El origen del incendio sigue siendo investigado, aunque no se descarta que pueda haber sido intencionado, dada la reciente declaración de un incendio similar en el vertedero de Alberic. Las labores de limpieza y retirada de los restos de los coches quemados comenzarán en cuanto las condiciones de seguridad lo permitan.
Esta tragedia ha reavivado el debate sobre la gestión de los residuos y vehículos afectados por desastres naturales y la necesidad de políticas más ágiles para prevenir futuros incidentes de este tipo.