El municipio de Pulpí, en Almería, ha retomado su ritmo habitual tras un fin de semana marcado por un intenso temporal de lluvias que mantuvo en vilo al levante de la provincia. Con más de 12.000 habitantes, la localidad registró el domingo 109 litros por metro cuadrado, acumulados durante horas continuas de precipitaciones que saturaron el suelo y provocaron inundaciones en zonas rurales. Pese a la magnitud del fenómeno, el Ayuntamiento confirmó que los daños fueron menores en comparación con las graves consecuencias de las inundaciones de 2012.
Una decena de caminos rurales resultaron afectados, junto a parcelas de olivar anegadas. La Rambla Nogalte, clave en el drenaje del término municipal, logró canalizar el agua hacia el centro urbano, evitando una catástrofe mayor. No obstante, entre las 20:30 y 21:00 horas del domingo, vecinos revivieron momentos de tensión al recordar la histórica riada que anegó la mitad del municipio hace una década.
La organización agraria Asaja reportó daños en unas 20 hectáreas de cultivos en Pulpí, Cuevas de la Almanzora y Antas. En este último, las plantaciones de frutales fueron las más perjudicadas, mientras que en Cuevas y Pulpí los cultivos de sandía y semilleros sufrieron pérdidas. “Tras lo vivido en 2012 y las imágenes recientes, la preocupación era lógica”, señaló un portavoz de la entidad.
Las pedanías de Palomares y Villaricos, en Cuevas de la Almanzora, enfrentaron graves inundaciones. Vecinos retiraron agua y barro de sus viviendas, mientras que en el recién inaugurado aparcamiento de autocaravanas de la zona, el acceso quedó arrasado, dejando vehículos atrapados. Protección Civil y la Guardia Civil rescataron a dos ancianos de una autocaravana inundada.
La carretera que une Las Herrerías con Palomares permanece cortada debido a desprendimientos, agravados por el flujo de agua desde Sierra Cabrera.
La borrasca también dejó nieve en zonas altas: la carretera Velefique-Bacares sigue cerrada, mientras que en Las Menas y Collado Ramal es obligatorio el uso de cadenas. En contraste, el litoral almeriense recuperó la calma tras desactivarse el aviso amarillo por vientos de hasta 60 km/h y olas de 3 metros a las 14:00 horas.
Aunque la costa volvió a la normalidad, con ciudadanos paseando por el malecón, el interior registró lluvias significativas: 20 litros en Albox y Arboleas.
Las autoridades destacan que, pese a los daños, la situación dista de la tragedia de 2012. “Llovió sobre mojado; el suelo no absorbió más”, explicó un meteorólogo local. Ahora, la prioridad es restablecer infraestructuras y evaluar pérdidas agrarias, mientras la provincia respira aliviada tras superar un temporal que, aunque intenso, no llegó a colapsar su resiliencia.
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