No soy una persona con suerte.
Por lo menos no considero suerte el hecho de que cada mañana, cuando miro a mi alrededor, desde cualquier lugar de Fiñana en el que me encuentre, pueda ver uno de los parajes naturales más excepcionales del planeta. Al menos para mí lo es.
La historia es que quienes vivimos en Sierra Nevada y su entorno, en este espacio que es Reserva de la Biosfera, además de parque nacional, no tenemos una dosis extra de suerte, sino una obligación de por vida. Es tan increíble todo aquello que nos aporta este lugar en el que vivimos que, sencillamente, nuestra principal preocupación es cómo mantenerlo a salvo de modas, especulaciones, fuegos de artificios políticos y manoseo por parte de quienes sólo ven un nombre, un título… un cartel en una carretera.
Y no, por ahí no pasamos, ni debemos pasar.
Por encima de todo es nuestra forma de vida. Me considero corresponsable de su mantenimiento y mejora como respuesta a los sacrificios que hicieron los padres de mi esposa, y de otros muchos vecinos y vecinas. Lo que hemos hecho nosotros defendiendo el territorio desde nuestros pueblos, perpetuando valores que hemos inculcado a nuestros hijos e hijas, para que, terminen donde terminen profesionalmente establecidos, sepan que, si la sierra necesita de su ayuda en cualquier momento, deberán responder.
En los próximos días miles de personas recibirán el mensaje institucional de la Junta de Andalucía de que los alcaldes de Sierra Nevada nos oponemos a la ampliación del territorio delimitado como Reserva de la Biosfera. Y no es así. Es mentira.
Quien realmente quiere que fracase la ampliación es la propia Junta de Andalucía. Quieren quitarse de en medio para tratar de imponer el proceso como si fuesen lentejas. Pero no vamos a caer en la trampa de los negacionistas medioambientales.
Queremos ampliación de la Reserva, que además sea responsable, respetuosa con el entorno, pero también información adecuada, igualdad de oportunidades, medidas de fomento para desarrollo de una zona que precisa unos equilibrios especiales. Pedimos que se blinden determinados servicios públicos esenciales que nos permitan fijar la población. Exigimos inversión de verdad para la conservación de un espacio sin igual, porque no vale sumar títulos que te permiten acceder a mayores fondos como comunidad, si luego no inviertes en los territorios que te abren esa oportunidad. Queremos que se tenga en cuenta el territorio, nuestro territorio, a nuestros vecinos y vecinas. En definitiva, que no se les falte al respeto.
Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía sólo tiene que decidir si escucha, si atiende a los alcaldes de Sierra Nevada o mira para otro lado. Pero que tenga muy claro una cosa. Sierra Nevada no va a ser una segunda Doñana. Aquí no vamos a permitir que se gestione a las espaldas de los intereses de los habitantes legítimos del territorio. Aquí queremos exponer, consensuar y que se justifiquen las acciones. Queremos un gobierno de verdad.
Queremos Reserva de la Biosfera, y también sensatez.