Ayer, Sábado Santo, en todos nuestros templos se celebró en la noche la Vigila Pascual. Nos reunimos atendiendo a nuestra fe cristiana y como un valor añadido, el ser cofrade, en espera atenta de la resurrección de Nuestro Señor Jesucristo, apoyándonos siempre en la Palabra de Dios revelada. El mensaje que los ángeles comunicaron a las mujeres junto al sepulcro vacío, y luego a los discípulos de Jesús, confirmados en su fe por la presencia gozosa del Maestro, transmitieron al Mundo entero. Cantamos un Aleluya eterno al quedar incorporados a la Iglesia de los santos y poder contemplar cara a cara la gloria de Dios.
Y a las 11:30 horas, en la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de la Encarnación, ocupará la Sagrada Cátedra y predicará la Palabra de Dios, Monseñor Antonio Gómez Cantero, Obispo de Almería por la gracia de Dios y de la Sede Apostólica, en la celebración de la Santa Misa Pontifical Pascual con bendición apostólica, que conlleva la posibilidad de conseguir la indulgencia plenaria a los asistentes a la celebración. En el templo catedralicio se encuentra al culto público para la dirección de la Agrupación de Hermandades y Cofradías, la imagen de Nuestro Padre Jesús Resucitado, cuya efigie dejó de procesionar oficialmente a pie de calle en el año 2019, obra del escultor Coullaut – Valera.
A buen seguro, Monseñor Gómez Cantero, con sus siempre palabras de sociabilidad cristiana de “Ánimo y Adelante”, nos exhortará a que no nos quedemos en el sepulcro de la desesperanza, de las lágrimas que impiden ver el acontecimiento pascual, buscando a Cristo “en los rostros de nuestros hermanos, en aquellos que viven en la indigencia, la soledad, la desesperanza, la guerra, la exclusión, cualquier tipo de violencia. Es necesario por tanto buscar, moverse, correr para acompañar a otros, acercarse a los sepulcros vacíos y sembrar huellas del Resucitado.
Recordar, que se estrenará durante el oficio religioso, la composición musical creada por el maestro José Carlos Esteban-Hanza Fernández con el título “Sol de Villalán” con motivo del 500 aniversario de la construcción de la Catedral de Almería.
No puedo dejar de expresar, que en el Monasterio de las Madres Clarisas, a las 10:30 horas, Misa Gregoriana por la forma extraordinaria del Rito Romano con el Misal de san Juan XXIII, presidida por el canónigo archivero y cura párroco de la Iglesia parroquial de Santiago Apóstol, Rvdo. Francisco Escámez Mañas. En Almería se celebra habitualmente desde hace siete años, con el debido permiso. El esfuerzo y la constancia van consolidando nuestra comunidad, con los problemas, logros y retos usuales. La capellanía cuenta con un equipo fervoroso, servicial y generoso. Se proporciona un subsidio para facilitar la participación consciente, piadosa y activa, como viene siendo deseo de los Papas, particularmente desde San Pío X, y como pide el Concilio Vaticano II. Los fieles quedan encantados de su vivencia litúrgica.
Y la llave que simbólicamente cerrará la Semana Santa, se abrió con la Hermandad de la Borriquita, será con el cortejo pasionista organizado por la Hermandad de Jesucristo Resucitado, Señor de la Vida, y María Santísima del Triunfo, con sede canónica en la Iglesia parroquial de Nuestra Señora de Montserrat, de arquitectura modernista, junto a la Ciudad de la Justicia en el Barrio de Andalucía, que a las 10:00 horas dará comienzo la procesión bajo la dirección espiritual del canónigo y párroco Rvdo. Manuel Pozo Oller, camino de la Estación penitencial a la Catedral almeriense y la Carrera Oficial, con hermanos cofrades revestidos con hábitos y antifaces color blanco y cíngulos color oro, que acompañarán al Señor de la Vida de magnífica imaginería salida de la gubia de José María Leal Bernáldez y los magistrales sones musicales de la Agrupación Musical Nuestra Señora del Mar de Huércal de Almería. Una Hermandad joven pero con gran madurez cofrade, cargada de una gran impronta de espiritualidad, pondrá el broche final a pesar las inclemencias meteorológicas que nos han llevado estresados toda la Semana Santa.
En fin, como nos dijo y dice san Pablo, vana sería nuestra fe sí Cristo no hubiese resucitado. Aleluya. Paz y Bien.
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