El Rey Felipe VI ha presidido una reunión histórica de las cinco Reales Maestranzas de Caballería en la ciudad de Ronda, que celebra el 450 aniversario de su fundación. Estas corporaciones nobiliarias, creadas en la época moderna por caballeros particulares con el apoyo de la Corona, tienen como objetivo fomentar la equitación y las artes militares entre la nobleza española.
El monarca ha destacado en su discurso el valor de las maestranzas como "ejemplo a seguir" y "referencias éticas" en la sociedad española, así como el sentido del servicio a los demás como única justificación del privilegio. También ha elogiado su capacidad de adaptación y renovación a lo largo de los siglos, y su contribución al patrimonio cultural y artístico del país.
El Rey ha expresado su deseo de volver pronto a Ronda y recorrer el Caminito del Rey, una ruta turística que atraviesa un impresionante desfiladero. Asimismo, ha asistido a un espectáculo ecuestre y ha visitado el museo de la Real Maestranza de Caballería de Ronda, donde se exhiben piezas históricas relacionadas con la tauromaquia y la hípica.
Mientras tanto, su padre, el Rey emérito Juan Carlos I, ha llegado a Sanxenxo para iniciar su segunda visita a España desde que se trasladó a Emiratos Árabes Unidos en 2020, tras verse envuelto en varios escándalos financieros. El Rey ha sido recibido con vítores y aplausos por cientos de personas en Ronda, pero también con algunas protestas y pancartas críticas con la monarquía.
La diferencia entre el rey padre y el rey hijo, entre Juan Carlos I y Felipe VI, es cada vez más evidente. Mientras el primero representa una etapa marcada por la transición democrática pero también por las sombras de la corrupción, el segundo intenta proyectar una imagen de modernidad, transparencia y compromiso con los valores constitucionales. La reunión de las Reales Maestranzas de Caballería ha sido una ocasión para mostrar ese contraste.
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